La guerra a la actividad ilegal de taxis sin licencia libró el sábado su segunda batalla con la identificación, retención y puesta a disposición de la Conselleria de Transports de tres vehículos pirata más. Los automóviles interceptados por la Policía Local de Eivissa son un Ford Focus, un Citroen AX, y una Renault Space. Otros dos coches, sospechosos en principio de ejercer como taxis pirata, han sido retirados por falta de documentación sin que se haya podido demostrar la actividad ilegal.
Los conductores han sido identificados y serán objeto de sanciones de tipo administrativo por ejercer el servicio público sin ningún tipo de licencia. Esta última operación se suma a la realizada el pasado viernes, día en el que los efectivos municipales identificaron como taxis pirata tres vehículos: un Fiat Tipo, un Jeep Cherokee y un Renault Megane. El Ayuntamiento de Eivissa anunció el pasado miércoles que activaría medidas para intentar reducir al máximo o eliminar por completo sin fuese posible la actividad ilegal de los taxistas pirata. Este dispositivo especial ha sumado ocho retenciones durante su primera semana de actuación, que parece estar siendo fructífera.
El primer teniente de alcalde y concejal de Gobernación, Pedro Campillo, reconoció antes del inicio de la mencionada campaña que el Ayuntamiento de Eivissa tenía identificados entre 8 y 10 vehículos de este tipo y que no se descartaba que hubiese más que se dedicasen a esta actividad fraudulenta. Entre los vehículos señalados por el edil hay tanto antiguos taxis que ahora carecen de licencia como coches particulares, pasando por vehículos de alquiler que «amortizan» con creces el pago por el uso del automóvil cobrando cifras desorbitadas a los clientes.
Hay que recordar que este tipo de servicios no sólo no cuentan con permisos y licencias sino que realizan un servicio público sin permiso y arriesgan a sus clientes. La proliferación de estos vehículos se ha asociado también a las esperas que han de soportar los clientes de los taxis con licencia. En verano, los coches «legales» apenas consiguen atender toda la demanda que se genera.