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La producción en el matadero descendió un 20% el pasado año

Desde 1999 el sacrificio de animales ha bajado un 32% debido, entre otras causas, a la competitividad del mercado exterior y a la falta de un relevo generacional

El número de cabezas que han pasado por las manos del matarife en los últimos años ha bajado notablemente.

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La producción de carne en Eivissa sigue en caída libre. El año pasado se sacrificó en Eivissa un 18'6 por ciento menos de cabezas de ganado con respecto a 2001, una bajada superior a la registrada en 2000 cuando el número de animales que pasaron por el matadero descendió un 15'6 por ciento.

En 2001 hubo también un profundo receso (26'8 por ciento menos de cabezas sacrificadas) que se debió principalmente a que ese año ya no se sacrificaron conejos en la isla. La granja de Santa Gertrudis eliminó en 2000 toda su cabaña de conejos (26.000 en total) y, desde entonces, no ha vuelto a criar más.

Desde 1999 hasta 2002 el sacrificio de animales ha pasado de 10.470 a 7.088 cabezas, lo que supone una bajada del 32'3 por ciento. La producción en peso descendió el año pasado un 15'2 por ciento, pasando de 422.344 a 358.156 kilos. Sant Joan fue el municipio donde se produjo el mayor decremento, con un 24 por ciento menos de animales con respecto a 2001; seguido de Sant Antoni, con un descenso del 23 por ciento. En Santa Eulària la producción de carne de la isla bajó un 11'5 por ciento y en Eivissa y Sant Josep, un 10 por ciento.

El presidente de la mancomunidad que gestiona el matadero, Vicent Torres, dice que el descenso es una tendencia continua de los últimos años. «Cada vez hay menos gente que se dedica a criar animales para producir carne. Prácticamente toda la carne que se consume llega de fuera de la isla», asegura. Torres subraya, además, que el sector tiende hacia «la desaparición». «La población del campo envejece y los jóvenes son reacios a continuar con la actividad. Los requisitos sanitarios, cada vez más exigentes, y demás controles de calidad, complican aún más el mantenimiento del sector. Ahora a las personas que tienen cuatro animales no les sale a cuenta llevarlos al matadero para sacrificarlos», justifica Torres.

El servicio del matadero es deficitario, según explica Vicent Torres, para los ayuntamientos de la isla: «La administración pierde mucho dinero. El año pasado por ejemplo las tasas que se cobran por realizar el servicio sólo cubrieron el 20 por ciento del capítulo de gastos del presupuesto, que en este caso no contemplaba ninguna inversión».

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