El president del Govern, Francesc Antich, propuso ayer al resto de fuerzas políticas de Balears la consecución de un gran «pacto nacional por la autonomía de Balears» para que la Comunitat pueda asumir nuevas competencias y desarrollar plenamente las que ya tenemos.
En el discurso oficial con motivo del Dia de les Illes Balears, en el que se entregaron las Medalles d'Or de la Comunitat y los Premis Ramon Llull, Antich detalló que el triple eje de este gran pacto nacional es: la reforma del Estatut para asumir nuevas competencias, la exigencia al Estado de una financiación indispensable para abordar grandes proyectos de infraestructuras y el reforzamiento de los mecanismos de participación estables entre las instituciones y la sociedad civil.
En un tono claramente reivindicativo, con respecto a la necesidad de reforma del Estatut, el president opinó que sólo los intransigentes «apuestan por el inmovilismo». Frente a este inmovilismo, defendió que el Estatut es un punto de partida, no de llegada, por lo que debe modificarse para que Balears pueda crear una policía autonómica y con el fin de que el Govern participe en la gestión aeroportuaria, «cuestión vital para un territorio donde los aeropuertos son una pieza fundamental».
Para poder aprobar este gran pacto nacional por la autonomía, en el que también debe tenerse en cuenta la aplicación efectiva del Régimen Especial Balear para compensar las carencias de la insularidad, Antich animó a recobrar «el espíritu de diálogo y consenso que hizo posible la aprobación del Estatut». Por esta razón, realizó un llamamiento a todas las fuerzas políticas y sociales de las Islas para poder hacer realidad esta segunda fase del proceso autonómico.El president recordó que precisamente hoy se cumplen 20 años de la entrada en vigor del Estatut y reconoció que el balance de estos años es muy positivo, si bien sólo detalló los logros del Pacte de Progrés, como la gestión de la sanidad, la creación del Consell Econòmic i Social, del Síndic de Comptes y el camino para la elección del Síndic de Greuges. No obstante, consideró que en estos momentos ha llegado la hora de dar un nuevo impulso al autogobierno para «reforzar el país desde el interior y proyectarlo hacia el exterior».
El president reconoció además que en estos años se ha avanzado en «la autoestima necesaria para luchar contra la desigualdades, para velar por nuestro patrimonio natural y cultural y para hacer de la lengua catalana una herramienta de convivencia y cohesión».
El president recordó también la gran manifestación en defensa del autogobierno que tuvo lugar en 1977, en la que, con un grito unitario y bajo el espíritu de unidad y consenso entre partidos y sociedad civil, los ciudadanos de las Islas «dijimos que queríamos ser dueños de nuestra historia». Aquella manifestación sentó las bases del proceso autonómico y fue un paso definitivo para la recuperación de las instituciones y de las señas de identidad de Balears, como son la lengua y la cultura.
En su discurso, el president recordó la reciente gran manifestación celebrada en Palma en contra de la guerra y pidió que se escuche la voz de la gente: «Escuchar es una obligación moral y ética en la actuación de todos los gobernantes, es la esencia de las democracias modernas. Quien no la cumple, está condenado al fracaso porque quedará aislado», dijo el president, en referencia al presidente del Gobierno, José María Aznar, aunque sin citarlo expresamente.