La perrera municipal permanecerá cerrada hasta mañana después de mantener esta medida preventiva durante quince días, tras haberse detectado una epidemia de moquillo entre los canes que acoge y que han sido vacunados para evitar que todos desarrollen la enfermedad . Nora Rottusney, responsable de la Asociación para la defensa de los animales (Adda), denunció ayer este hecho asegurando que han muerto varios animales de esta enfermedad y que no se está respetando la cuarentena. Además afirma que en el centro hay un cartel que avisa de que está cerrado sin especificar la causa y que a ella le han dicho que está cerrada por obras, «ocultando el verdadero motivo», recalcó.
«Violan todas las reglamentaciones de Sanidad porque he visto a gente entrando y saliendo sin plásticos en los zapatos», afirma y añade que han muerto varios podencos porque el Ayuntamiento «ha sido incapaz de afrontar la situación». Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Eivissa han asegurado que el brote no ha surgido de la perrera sino que se han detectado varios casos en la isla y que lo que se ha hecho es «vacunar a todos los animales y cerrar el centro para evitar que se diese en adopción a un animal afectado con moquillo», que es una de las enfermedades caninas de más difícil tratamiento.
Los veterinarios determinarán mañana si el centro puede abrir sus puertas, decisión que se tomará si se comprueba que los animales han reaccionado adecuadamente a las vacunas. La presidenta de Adda asegura que la situación de la perrera municipal «es caótica porque no solo es que esté mal construida sino que se miente y oculta lo que pasa en ella». Nora Rottusney se pregunta «qué garantía se va a tener cuando levanten el embargo de que está libre de enfermedades» y asegura que si el Ayuntamiento hubiese tenido en cuenta los consejos y cartas de Adda alertando sobre la existencia del brote «se hubiese evitado la situación actual». Adda pide que «expliquen las razones por las que este centro es tan propenso a crear enfermedades».