C.A./G.R./L.F.A./E.R.
El Consell d'Eivissa i Formentera era una de las plazas en las que
cabía más dudas sobre su composición. Sin embargo, el Partido
Popular vapuleó ayer por completo al Pacte Progressista. El
resultado, aplastante: siete consellers en Eivissa más uno de la
Agrupació Independent Popular de Formentera (AIPF) colocan a los
populares con ocho concejales en mayoría total y absoluta. Por su
parte, el Pacte, que contó con seis consellers por Eivissa y uno
por Formentera en 1999, pasa a tener sólo cinco representantes en
la máxima institución pitiusa.
En 1999 el PP obtuvo 16.483 votos, en esta ocasión 20.573; el Pacte tuvo 16.207 y esta vez 15.381; UCIP logró 962 votos en 1999 y en esta ocasión 727 y el Grupo Verde consiguió en 1999 653 votos, en este caso 371.
Otros pequeños partidos que acudían por primera vez a las urnas no han logrado representatividad. Els Verds (que en 1999 acudió a los comicios en coalición con el resto de fuerzas progresistas) ha obtenido 1.344 votos; el Partido Renovador de Eivissa y Formentera (PREF) logró 323 votos; el Partido Renovador Illes Balears (PRIB) ha logrado 149 votos. El Grupo Verde Europeo se ha hecho con 371 votos.
La destronada presidenta del Consell, Pilar Costa, a pesar de la evidente derrota, no tuvo reparos en felicitar por la victoria a Pere Palau. Éste agradeció el detalle de la contrincante en la fiesta de fin de elecciones, en la que se mostró pletórico por el resultado «sobrado para gobernar el Consell y muy posiblemente el Govern».
Matutes dice adiós
Abel Matutes, que sin ser candidato ha acaparado buena parte de la
atención de medios y electorado, dijo que se «vuelve a casa»
después de esta breve resurrección de su retiro político y pidió
perdió «a quien haya ofendido».
Pep Mayans, nuevo diputado y vicepresidente del Consell por la AIPF, se mostraba ayer «contento» y aseguraba que aunque formará parte del grupo parlamentario del Partido Popular, lo hará «como independiente, eso que quede claro». Sobre el descenso de votos de su rival, Santiago Ferrer, de la COP, aseveró que «gobernar desgasta». Ferrer, por su parte, en un ambiente entre tétrico y tenso reconoció que los resultados «han sido abrumadores».