La Colla de Vila organizó hace unos meses un taller de confección
de mantones payeses que finalizó ayer. Después de casi cinco meses,
empezaron en mayo, el resultado es espectacular y las alumnas han
aprendido a realizar este trabajo artesanal tan elaborado. En este
curso han aprendido a hacer diferentes tipos de mantones como el
blanco y el de color que lleva flecos.
El taller lo ha subvencionado el Consell Insular y ha tenido en el
local de la Iglesia de Santa Cruz, donde ya han hecho otros. En
esta ocasión, la duración del curso se ha prolongado un poco más
por el calor. «Empezamos el 6 de mayo y se supone que se tenía que
terminar el 30 de agosto, pero como hacía mucho calor y hemos
faltado algunos días, lo hemos alargado un poco», explica Loreto,
presidenta de la Colla de Vila. Las organizadoras del curso nunca
pensaron que su propuesta tuviera una acogida tan grande. Mujeres
de todas las edades siguen con entusiasmo las enseñanzas de la
profesora. «Este curso se hizo para doce personas, nosotras
pensábamos que si venían quince sería un éxito. Pero es que a lo
largo de estos meses, se ha ido corriendo la voz y hemos acabado
siendo cuarenta y ocho ».
«Todos estos mantones, que hemos estado confeccionando, nos vienen
muy bien, no sólo como colla, sino para nuestros hijos e hijas que
ahora bailan».
La profesora es María Rotas, una de las pocas mantoneras que quedan
en la isla. «Yo aprendí muy jovencita. El primer mantón que hice
fue para mi madre a los once años. En la época de la guerra había
muy poca ropa y se hilaba con lana de oveja para confeccionar los
mantones. Ahora se usan otros materiales», explica María. «Yo estoy
muy contenta, porque esto me encanta. Hubo unos años en los que
parecía olvidado todo lo payés, pero ahora con los bailes y las
colles vuelve a surgir», comenta María.
Gracias al taller de mantones, el contacto con la tradición se ha
arraigado un poco más. Esta costumbre seguirá manteniéndose viva,
al menos otra generación. S. M. Debelius
Recuperar el mantón tradicional
El curso de mantones payeses finalizó ayer tras cinco meses de trabajo