Nos gustaría que la sociedad se concienciara para que la naturaleza estuviese lo más protegida posible y, al mismo tiempo, que supiese que existimos y que estamos aquí para resolver dudas y controlar que se respete el medio ambiente. No estamos sólo para cubrir el expediente», resumió Julián Almarcha, cabo primero del Seprona de Eivissa y Formentera. Como responsable de esta unidad desde agosto de 2003, este curtido Guardia Civil explica que el volumen de trabajo en la unidad que dirige y de la que forman parte los agentes Jordi González y José Miguel Gallo, es importante durante los doce meses del año: «Nuestra agenda está repleta de casos en temporada alta y baja. Tenemos que estar al día de muchas leyes y normativas que se van creando o modificando», comenta el cabo Almarcha, que ha visto que poco a poco el Seprona tiene mayor presencia y calado en la gente.
La rutina diaria de este grupo de protección de la naturaleza de la Guardia Civil de las Pitiüses está integrada por labores de vigilancia de distintas zonas y áreas naturales protegidas y tramitar denuncias acudiendo al lugar en el que se ha infringido la ley para comprobar si se ha cometido delito o falta contra el medio ambiente.
«En la vigilancia de parques naturales tenemos una estrecha colaboración con los responsables de los mismos, es decir, con la Conselleria de Medi Ambient y también con la d'Agricultura i Pesca a la hora de controlar la talla del pescado capturado para la venta en los mercados, de ahí que realicemos un trabajo conjunto con los inspectores de Pesca», detalla el cabo primero del Seprona. Otros de los quehaceres del Seprona es velar por el cumplimiento de la zona de seguridad en la temporada de caza, el vertido de escombros y demoliciones así como de residuos tóxicos y peligrosos, la quema de rastrojos y talas de árboles sin permiso o las construcciones ilegales sobre todo a lo largo de toda la franja costera de las Pitiüses.«En el caso de las construcciones ilegales en zona de dominio público antes eran infracciones administrativas y con el nuevo Código Penal son delito», especifica el cabo del Seprona al destacar el cambio que se está produciendo y la importancia que el medio ambiente ha adquirido en la sociedad en los últimos tiempos.
La colaboración con la Delegación del Gobierno y el Juzgado es una constante en el día a día de este servicio que vela por la seguridad y bienestar del medio ambiente que también dedica gran parte de su tiempo a velar por el bienestar de los animales. «En este caso recogemos ejemplares heridos y también vigilamos que se cumpla el convenio Cites sobre la comercialización internacional de especies protegidas de flora y fauna», destaca el cabo Almarcha orgulloso de trabajar cerca de la gente. Eva Estévez