Diez descendientes de familias ibicencas llegaron ayer por la
mañana para visitar y conocer la tierra de sus antepasados desde
Argentina y Cuba.
Se trata de una iniciativa del Govern Balear que responde al título
de 'Operació Quinta Illa' a través de la cual se pretende reunir a
los hermanos, sobrinos o tíos, familia en general, que se han
separado a causa de los exilios que el tiempo, la vida y otras
veces la guerra produce a través de la historia.
De esta forma, cuatro hermanos de Sant Carlos se fundieron en un
abrazo con Eulalia, la quinta hermana de la familia Colomar que
reside en Buenos Aires, donde ha echado sus raíces y formado su
familia.
Otro caso ha sido el de Juanan Marí Roig, que recibió a su sobrino
de 71 años nacido en Santo Tomé, provincia de Santa Fé (Argentina),
al que no conocía y con el que no hizo falta presentación alguna ya
que ambos se reconocieron en seguida para dar paso a los mutuos
abrazos y muestras de cariño. Para el sobrino de Juanan, Vicente
Marí Marí, «es un sueño hecho realidad visitar por primera vez
Eivissa para conocer a mis parientes». Este agricultor, que tiene
una hermana y otro hermano en su tierra natal, aseguró que en su
casa sus padres «hablaban tanto en castellano como en ibicenco y
solían contarme historias acerca de la isla».
Mariano Escandell y José Escandell, ambos cubanos, se conocieron
durante el vuelo que les trajo a Europa sorprendidos porque, aunque
viven en regiones totalmente diferentes de Cuba, llevan el mismo
apellido.
Los participantes de este programa balear suman un total de 69, de
los cuales 45 son mayores de 65 años y 24 son jóvenes. Todos ellos,
acompañados por un monitor, se han repartido entre las diferentes
tierras de sus ancestros. Las condiciones para participar de este
programa ha exigido que fueran descendientes o naturales de las
islas, que residan en latinoamérica y que gocen de buena salud para
realizar el viaje en avión.
El vuelo llegó de Palma, donde se han quedado la mayoría de los
descendientes. Y es en Eivissa donde la estancia será de cinco días
en la habrá mucho que compartir con charlas alimentadas a través
del tiempo y la distancia. L.A.
Reencuentro de familia
Diez descendientes de emigrantes, todos mayores de 65 años, visitan la tierra de sus antepasados