El Consell propone en las alegaciones que presentó ayer cambios sustanciales en el desdoblamiento de la carretera de Eivissa a Sant Antoni que suponen una rebaja considerable del proyecto previsto inicialmente. La máxima institución pitiusa plantea en su primera propuesta y como criterio general que la vía se amplíe únicamente a cuatro carriles, lo que supondrá, según concretó el presidente del Consell, Pere Palau, una anchura máxima aproximada de 23 metros. Asimismo, en las alegaciones el ejecutivo insular pide que se reduzcan los viales de servicio planteados en el estudio de trazado a los estrictamente necesarios para garantizar la seguridad de los ciudadanos y que se conviertan en rotondas a nivel todos los enlaces elevados cuando sea posible, como es el caso de Can Negre, Can Tomàs y Benimussa.
El Consell pretende también, entre otras cosas, que se elimine el tercer carril en el interior del túnel de Sant Rafel y estudiar la posibilidad de mantener en este caso la rasante de los ramales de acceso así como la vía que discurre por encima de él, al mismo nivel que la carretera existente.
Reducir las longitudes de los ramales de acceso a enlaces así como las distancias entre entradas y salidas en las vías de servicio es otra de las propuestas que hace la máxima institución pitiusa, además de peticiones más concretas como la buscar soluciones alternativas al enlace de Can Mosson para que se ocupe menos cantidad de suelo o valorar la posibilidad de incorporar una intersección canalizada para mejorar el acceso al polígono de Montecristo. Reclama también que se prevean aceras, iluminación y jardinería en las zonas urbanas, es el caso, por ejemplo, de los tramos entre Sant Antoni y Can Tomàs y entre Can Negre y Eivissa. Además, el ejecutivo insular pide que se contemple el soterramiento de las líneas eléctricas y de telefonía que discurren paralelas al trazado de la vía y que se mantengan y acondicionen las paradas de autobús existentes. Figura también entre las propuestas contemplar el revestimiento de los muros de hormigón con piedra.
Por otra parte, en las alegaciones, las mismas que presenta el Ayuntamiento de Sant Antoni, se hace constar la necesidad de que se mantengan diversos elementos patrimoniales que hay junto a la carretera y que según el trazado previsto serían destruidos. En concreto se hace referencia a diez casas antiguas de tipología tradicional, dos casas de peones camineros o 'casillas', dos posibles yacimientos arqueológicos, una antigua harinera y un molino de agua a propulsión eólica.