Llegados desde otros mundos, idiomas y culturas, muchos de los
pasajeros que hacen de esta isla su lugar de residencia temporal,
su casa, su trabajo y su familia, continúan un nuevo viaje detrás
de otros sueños, debidos a ese azar de encuentros y nuevos
conocimientos que surgen en Eivissa. Así fue la historia de
Françoise, que en el año 1971 llegó procedente de Bélgica y que en
el presente se encuentra trabajando en el taller de cocina de uno
de los bares míticos de Madrid llamado 'Los Gabrieles'. Veintiséis
años pasaron por su vida entre Eivissa y Madrid, y en ellos quedó
el recuerdo del restaurante Chez Françoise de la Plaza del Parque
que ella misma fundó, regentó y cerró en pleno centro de la ciudad.
Hoy, a sus 60 años, elabora tapas y platos que son servidos desde
otro centro de ciudad, con otra historia por delante y con una
leyenda y un saber que ella misma contará y enseñará desde sus
clases de cocina.
«Chez Françoise fue un restaurante súper informal y muy simpático,
y creo que por eso tuvo mucho éxito. Recuerdo que solía venir Roman
Polanski, Philippe Stark, el señor Matutes y toda su familia, y en
su época Smilja, la princesa», rememora Françoise que ha dejado
hijas, nietos y familia en una isla a la que vuelve cada verano:
«Mi restaurante fue de los primeros en introducir la cocina
francesa en la isla, y recuerdo que al principio hacía un plato de
pierna de cordero al horno con espinacas y tal, y que no se lo
comía nadie, pero que poco a poco empezó a gustar y después lo
pedían mucho», se ríe esta señora que encontró su veta gastronómica
en Eivissa a partir de recetas basadas en verduras.
Cuando por primera vez pisó la isla, a principios de la década del
70, Fraçoise lo hizo para veranear. En su segunda llegada, trabajó
en el primer mercadillo hippie de Eivissa, y más tarde comenzó su
camino por la senda de la restauración hasta fundar Chez Françoise
para comenzar a sentirse y a cocinar como en casa.
Después de casi tres décadas en la isla, Françoise comenzó a cerrar
esta casa poco a poco sin esperar que por unas de esas casualidades
de la isla, un cliente habitual viniera preguntando por un cocinero
que supiera hacer su tipo de cocina para un restaurante en Madrid:
«Nos citamos y le dije: para qué voy a mandar un cocinero si puedo
ir yo misma, y aquí me quedé». Desde entonces, siete años
exactamente, trabaja para uno de los bares más conocidos de Madrid:
«Los Gabrieles es muy famoso por todos sus azulejos y por toda su
historia. Fue el bar de Manolete, donde organizaba todas sus
fiestas y donde en la época de Franco, los generales venían a
buscar las señoritas de tertulia; un bar con habitaciones pequeñas
y escondidas», explica Françoise, que en su momento ella también
fundó lo que hoy es un mito de la restauración en Eivissa. L.A.
Los caminos de Françoise
La que fuera propietaria del histórico restaurante Chez Françoise trabaja en la actualidad para uno de los bares históricos de Madrid