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La lavandería de la nueva residencia de Sant Antoni dará trabajo a discapacitados

146 personas asistidas en el área de atención a discapacitados y enfermos mentales

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La lavandería prevista en la nueva residencia en Sant Antoni dará trabajo, al menos, a una veintena de personas que sufren algún tipo de discapacidad. La lavandería, que será considerada como centro especial de trabajo, funcionará «como empresa tutelada». Dentro de las actuaciones dirigidas a la integración de discapacitados en el mundo laboral, el Consell quiere cumplir el compromiso de que al menos el dos por ciento de los trabajadores sean discapacitados. De momento, ya se ha empezado a desarrollar esta iniciativa en algunos centros dependientes del Consell, como la residencia de Cas Serres, con dos plazas remuneradas que se rotan cada seis meses para que llegue al mayor número de personas con minusvalía. El conseller de Bienestar Social, Vicent Serra, explicó ayer que se ha habilitado una bolsa de trabajo en seis áreas del Consell para discapacitados «hasta llegar al dos por ciento».

La Conselleria de Benestar Social del Consell dio a conocer ayer la memoria de actividades de la sección de atención a personas con discapacidad y enfermos mentales, que atendió a 146 personas en los servicios que coordina: el área de asistencia y centro ocupacional para personas con discapacidad intelectual, que ha contado con siete usuarios, con una grave afectación, para el centro de día y 30 del centro ocupacional, en Cas Serres; 80 en el servicio de asesoramiento e inserción laboral de personas con discapacidad (SAIL-PD), que se encuentra en la cuarta planta de Cruz Roja; y 29 usuarios ha tenido la unidad comunitaria de rehabilitación psicosocial de enfermos mentales, que se encuentra en la calle Joan Planells, de Eivissa.

En cuanto a la unidad comunitaria, puesta en marcha en mayo de 2003, contó con 29 usuarios, 22 hombres y siete mujeres. La capacidad es para 30 usuarios. El pérfil del tipo de usuario de este centro es un hombre, de una edad media de 35 años, soltero, vive en domicilio familiar y diagnosticado de esquizofrenia.

En cuanto a la discapacidad, Mercedes Prats, responsable del servicio, reconoce que cada vez más la población pide este tipo de recursos.

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