E l mal tiempo deslució ayer la celebración del Día de Todos los Santos en las Pitiüses aunque no fue impedimento para que, un año más, cumpliendo con la tradición, cientos de personas se acercaran a los cementerios a dedicar parte de la jornada a sus familiares fallecidos. La fuerte lluvia que cayó sobre Eivissa durante toda la mañana provocó que la actividad en los camposantos fuera menor de la habitual en años anteriores y que la gente acudiera de forma mucho más escalonada.
Desde primera hora de la mañana y hasta el cierre de los cementerios se sucedieron las visitas que en el caso del Cementeri Vell se prolongaron desde las 9 horas hasta las 18 horas. Las familias, como es tradición, llevaron flores para adornar las tumbas de sus difuntos. Crisantemos, claveles, margaritas, rosas y velas encendidas sirvieron para dar una nota de colorido y un aspecto más acogedor a los cementerios. Muchos aprovecharon también para adecentar y limpiar nichos y tumbas. Con motivo de esta celebración se llevaron a cabo también servicios religiosos especiales tanto en los camposantos como en las distintas parroquias de las Pitiüses. El Ayuntamiento de Eivissa dispuso desde el domingo y hasta hoy, Día de Fieles Difuntos, autobuses para llegar hasta el Cementeri Nou.
M.A.