La mejor opción para venir al casino es la de ser crupier, porque
ganas poco pero ganas todas las noches», aseguró Vicente Costa que
junto a sus compañeros Miguel Àngel López y Ana Espina, formarán
parte del grupo de profesores que a principios de abril comenzarán
a enseñar a nuevos crupiers para su futura incorporación a la
plantilla del Casino de Eivissa.
Los tres, crupiers inspectores de primera, aprendieron este trabajo
que califican de «muy divertido», y lo hicieron en el mismo casino:
«La mayoría de los casinos quieren formar a sus empleados y, por lo
tanto, todos los que trabajamos hemos sido formados aquí», explicó
Miguel Àngel y recordó que la última camada de profesionales del
juego en Eivissa se formó hace tres años. «El curso es teórico y
práctico, y en la primera selección se hace un test psicotécnico,
un poco de manejo de fichas y una entrevista personal», señaló Ana
que es crupier desde el año 1984 y que aseguró que en su carrera
comenzó por casualidad: «Ví la convocatoria y me apunté aunque
nunca antes había estado en un casino».
Los tres coinciden en que para ser crupier hay que ser ágil con
la mente para hacer las operaciones de sumar y multiplicar, y a su
vez, hábil con las manos, para manipular las fichas y así poder
desarrollar el juego.
El trabajo de noche no es para ellos ningún problema sino por el
contrario, lo ven como una ventaja: «Soy madre y el trabajar por la
noche me permite estar todo el día con mi hija y, mientras ella
duerme, yo estoy trabajando», aseguró Ana quien destacó que para
una madre es «genial».
La psicología es para Miguel Àngel uno de los aspectos beneficiosos
que ha aprendido de ser crupier: «Los clientes cuando están ganando
son estupendos y cuando pierden afloran sus manías, sus malos
rollos y sus dramas, entonces, con la experiencia aprendes a ver
casi como si hicieras una ficha técnica, con qué clase de cliente
estás trabajando, cosa que te anticipa a cualquier situación que
pueda ocurrir».
Otros de los aspectos que destacan son los de la concentración y de
toma de decisiones: «Cuando la bola está girando tarda 18 segundos,
y en ése momento te pueden pasar mil cosas pero tienes que estar
atento a la partida, a la caída de la bola, y a las apuestas de los
clientes. Eso significa que tienes que tomar una decisión en un
espacio corto de tiempo y, a su vez, hacer el movimiento de fichas,
ver la cantidad de apuestas, confirmarlo con el jefe de mesa y
también ver que el cliente está satisfecho. Para ello hay que ser
dinámico y saber reaccionar», explicó Vicente acerca de la cantidad
de factores a los que un profesional del juego tiene que atender.
.L.A.