Cuando empecé mis crónicas sinceramente pensé que mi material y mi memoria estarían agotados al año, de ello hace ya tres años y medio y me da la sensación que no he hecho más que empezar y es que un recuerdo enlaza con otro, un personaje está ligado a otro y la lista de amigos y conocidos no parece tener fin y es que Ibiza y su pequeña historia cotidiana, sus personajes, locales y vivencias se aumentan y nos introducen en un mundo fascinante y envolvente, verdaderamente apasionante.
Vivir en la isla y conectar en el mundo que nos rodea es estar en contacto con situaciones y biografías increíbles. No creo que haya en el mundo un lugar similar ni comparable, viene esto a cuento por el personaje de la crónica de hoy Armin Heinemann y su colaborador Rudnik Stuart, dos personas que han intentado en cierta forma algo tan difícil como mantener un equilibrio entre pasar desapercibidos y al mismo tiempo promocionar su negocio preservando al mismo tiempo su intimidad y su retiro, es como llevar una doble vida a lo que luego me referiré mas extensamente.
Armin, arquitecto alemán, llegó a Ibiza en el año 72 con dos niños pequeños y escasos medios económicos, escapando de una Alemania burguesa y consumista, él pertenecía al movimiento hippy auténtico de la época y su pensamiento y filosofía eran libertad, tolerancia y amor. Ibiza le apasionó y según indica «en la isla encontré libertad, respeto, tolerancia, amor y hospitalidad» y todo ello en los ibicencos principalmente en los payeses del campo, virtudes que en su opinión a pesar de los cambios continúa encontrando y mantiene la misma buena relación que a su llegada. El mismo año 72 abrió su boutique «Paula's» en la calle de la Virgen, entonces fue cuando le conocí. Todos tenemos presente en nuestra memoria aquel original establecimiento, a mi entender el más revolucionario y divertido de la ciudad, su pequeña ventana decorada a modo de escaparate era singular y única. Poco después se incorporó el pintor americano Stuart y entre los dos realizaron una labor magnífica.
Armin es el dueño de la firma «Paula's» nombre de su pequeña hija. Entonces él es el celebro pero se compenetra y complementa en el trabajo con Stuart el cual era muy importante con su fantasía en la decoración de la tienda, promociones, papeleo, atención a los clientes y verdadero showman en los disfraces. En el trabajo para mí es difícil donde termina uno y empieza el otro. Armin desde el principio participó en la moda Adlib y allí le traté y conocí mejor. Algunos años intervenía como invitado especial aportando su propia coreografía, sus maniquíes y su música y aunque las composiciones son odiosas e injustas en mi opinión lo que él presentaba era lo más original, divertido y colorista, convirtiéndolo en un verdadero show.