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Cursos del CEPA, un espacio para la creatividad

Los talleres organizados por la Asociación de Alumnos y Ex Alumnos del CEPA Pitiüses permiten a los asistentes aprender técnicas artesanales de una forma amena y entretenida.

En la imagen, la monitora del taller de artesanía explica cómo llevar a cabo uno de los trabajos.

Encontrar un espacio en el que desarrollar su creatividad o simplemente entretenerse es el objetivo que persiguen los alumnos de los talleres que organiza la Asociación de Alumnos y Ex Alumnos del CEPA Pitiüses. Subvencionados por el ayuntamiento de Eivissa o de forma independiente, la oferta de cursos es más que variada a lo largo del año. Dibujo y pintura, corte y confección, yoga y fotografía son sólo algunos de ellos. La inscripción está abierta a todos, pero los miembros de la asociación son los que más se benefician, pues «la matrícula es sensiblemente menor y así se les compensa por la cuota anual, que ronda los 30 euros», explica Àngel Pascual, vicepresidente.
Algunos de los cursos más solicitados son el de artesanía y el de capells de floc, que se celebran los sábados por la tarde. «El título es muy amplio, y en función de lo que propones los alumnos vamoshaciendo cosas que después desarrollan en clase», dice María Tur, monitora del primero. Collares, velas y otros objetos que, además, luego tengan una utilidad o función decorativa. En la mayoría de los casos se trata de mujeres que buscan desarrollar sus capacidades creativas o simplemente entretenerse. Algunas van más allá y ven una oportunidad para aumentar su formación o reciclarse profesionalmente, como en el caso de Vera, una diseñadora italiana que lleva 14 años y que pretende «aprender a llevar a cabo ideas a la vez que ejercitar la imaginación». Las alumnas agradecen este tipo de cursos ya que «se echan en falta inciativas como estas en una isla que inspira tanto a la hora de crear», asegura Isabel. Enseñar a hacer sombreros de forma tradicional es el objetivo del taller de capells de floc. Consiste en hilar fibras vegetales hasta conseguir la forma deseada, una labor detallista y en la que es necesario invertir mucho tiempo: «Hasta terminar el sombrero pueden pasar cuatro meses a razón dedos horas diarias», explica María Torres, profesora de este taller, en el que casi todos los alumnos ya han realizado alguna otra actividad anteriormente. La inscripción para estos y otros talleres está abierta a todo el que lo desee.Iván Muñoz

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