Un gran número de personas, especialmente niños acompañados de sus padres, se dieron cita ayer en el paseo de Vara de Rey para presenciar la inauguración de las fiestas y la iluminación del árbol de Navidad. Aunque el cielo amenazaba lluvia, fueron muchos los que no quisieron perderse el concierto que los alumnos del Patronato Municipal de Música, que interpretaron varios villancicos en el escenario habilitado bajo el gran árbol instalado en el centro del paseo. Mientras unos disfrutaban del coro y de los caramelos que repartía la organización, otros aprovechaban para dar el primer vistazo a los puestos artesanales que estaban abiertos. Bisutería y marroquinería son las mercancías más abundantes, aunque también se pueden encontrar paradas donde comprar objetos de decoración o realizarse tatuajes temporales. Bajo una carpa se han instalado los vendedores de todo tipo de adornos navideños: guirnaldas, bolas, figuras de belén o plantas de Navidad. Algún que otro hambriento aprovechaba para reponer fuerzas en el puesto de companatge, que por un sólo euro ofrece vasito de vino y trozo de pan con embutido, o cualquiera de los otros puestos de comida. No por mucho tiempo, porque en pocos minutos una espectacular tromba de agua obligó a todos a escapar del lugar sin disfrutar de los entretenimientos. Tendrá que ser otro día. Iván Muñoz
La inauguración del mercadillo de Navidad, deslucida por la tormenta
Los presentes tuvieron que abandonar el paseo tras el concierto debido al agua