La economía balear generó durante el pasado verano un total de 92.356 empleos estacionales en los diferentes subsectores turísticos, lo que supuso un crecimiento del 1,1 por ciento respecto de la temporada anterior. De estos empleos, 48.076 fueron cubiertos por ciudadanos españoles y europeos no residentes en las Islas y los 44.280 restantes fueron desempeñados por trabajadores del archipiélago, lo que implica un descenso del 7,0 por ciento y un aumento del 13 por ciento, respectivamente, en relación al empleo contabilizado en la temporada 2003, según recoge un estudio elaborado por el economista y ex director general de Economía del Govern balear, Antoni Monserrat.
El número de trabajadores «temporeros» empleados en las diferentes actividades turísticas se redujo durante este año en 4.106 individuos y se situó en los niveles más bajos desde la temporada de 1997, un descenso que fue compensado por el crecimiento de la contratación entre ciudadanos isleños, los cuales registraron durante la pasada temporada los niveles más elevados de empleo de toda la serie contabilizada (ver gráfico) y, por tanto, de la historia del turismo balear.
La sustitución de trabajadores «temporeros» por ciudadanos residentes sólo se ha dado en Balears en la temporada 1996, así como durante las crisis económicas sucedidas en 1985 y, sobre todo, en la registrada en el periodo 1991-1993, la mayor de los últimos treinta años.
Esto demuestra, según destaca el informe, que la economía de las Islas recurre a personal no residente durante coyunturas económicas expansivas y opta por trabajadores del archipiélago en momentos de cierta incertidumbre, como sucedió a inicios de la pasada temporada, o directamente en situaciones de crisis. Cabe destacar, no obstante, que durante la pasada temporada no se produjo una sustitución como la sucedida durante esos años, ya que el número de trabajadores no residentes siguió siendo superior que el de isleños.