Las cartas de los niños de Eivissa ya están camino de los Reyes Magos. De hacérselas llegar se encargará el cartero real que durante la tarde de ayer se dedicó a recoger las misivas en la carpa del paseo de Vara de Rey, en una navideña atmósfera creada por los villancicos y el olor a castañas asadas de los puestos de fuera.
Ayudado por varios pajes, que acompañaban a los niños hasta
donde se encontraba, el emisario no sólo introducía los sobres en
el buzón marcado con la insignia real sino que además les
preguntaba cómo se habían portado durante el año, en un intento de
ahorrarles trabajo a sus mágicos jefes.
Por la alfombra roja que llevaba hasta él desfilaron durante toda
la tarde muchos pequeños con una mezcla de ilusión y respeto en su
rostro, mientras sus padres y familiares observaban a pocos metros
con la misma expresión de admiración y orgullo hacia sus criaturas,
muchos de ellos con cámaras de vídeo y fotográficas dispuestos a
inmortalizar tan típico momento.
Todos confiaban en sus méritos y estaban seguros de haber sido
buenos durante todo el año, como Miguel y Marc, dos niños de tres
años que subieron juntos a expresar sus deseos, entre los que había
un ordenador, una guitarra y muñecos de Hulk y Spiderman. O Ramón,
de seis, que ha pedido en su carta una raqueta de tenis, marionetas
y un dragón de nombre impronunciable.
Los que no pudieran entregar sus peticiones a Melchor, Gaspar y Baltasar podrán hacerlo hoy a partir de las 18,30 horas. Será su última oportunidad, pues el cartero real partirá horas después para dárselas a Sus Majestades, que mañana por la tarde desembarcarán en la isla dispuestos a repartir los regalos, incluido el carbón para quien se lo haya merecido. I.M