La jornada de ayer estuvo marcada por la normalidad sin apenas incidencias a destacar, salvo los miembros de las mesas que se quedaron rezagados, como ocurrió en Jesús. A una de las vocales de mesa hubo que ir a buscarla a su casa porque se había quedado dormida, mientras que la suplente esperaba la llegada de la titular. Finalmente se compuso la mesa sin problemas, salvo el retraso. En la biblioteca de Figueretes se tuvo que recurrir, tal como marca la ley, al primer votante para constituir la mesa electoral ya que un vocal acreditó que estaba enfermo. Otro vocal no se presentó y fue sustituido por un suplente. En dos mesas electorales de Sa Bodega dos vocales se sintieron indispuestos y tuvieron que marcharse a media mañana.
Las mesas tenían que estar constituidas a las 8,30 horas y media hora más tarde se abría para los electores pero no fue hasta las 8,45 horas cuando se constituyeron, pese a que en es Cubells tardaron en llegar las urnas.
La jornada transcurrió con normalidad con el asombro de los apoderados e interventores del PSOE por la escasa presencia del PP en el seguimiento del proceso. Eso sí, políticos ilustres ibicencos como Abel Matutes no faltaron a su cita, ni nonagenarios, como Mariano Costa, de Sant Mateu, que cumplió con su derecho al voto. En Sant Mateu la participación era escasa. A las doce de la mañana sólo habían votado tres electores. En Santa Agnès, la situación era similar. «Es un día tranquilo», comentaban. Otros, como en Cas Serres, confesaban «estar un poco aburridos». En Can Misses, destacaban que el único acontencimiento era que «había votado el alcalde».
En Formentera, la participación del electorado brilló por su ausencia, a la una del mediodía no habían alcanzado el 10 por ciento algunos colegios.
Lo que sí estaba claro es que hacía frío, tanto que los integrantes del colegio electoral de Sant Franceesc, instalado en el Mestre Lluís Andreu, solicitaron que se encendiera la calefacción del colegio. A los de Sant Ferran hubo que facilitarle un par de radiadores. En Sant Mateu, una de las miembros de la mesa electoral iba provisto de un gorro para protegerse del miembro e incluso un integrante de las Fuerzas de Seguridad, que vigilaba que el proceso se registrara sin incidencias, utilizaba el dicho del sur peninsular «más frío que una llave» por las bajas temperaturas.