El vino es un elemento inseparable a la cultura de los pueblos mediterráneos. Como ocurría con otros muchos productos, antes de su comercialización a gran escala, eran las casas los que lo elaboraban para su propio consumo. En Eivissa son todavía muchos los que siguen la tradición y fabrican esta bebida a partir de la uva que cultivan en su terrenos o que compran en otros lugares. El 'ví pagès' está elaborado artesanalmente, sin recurrir a productos químicos y siguiendo la tradición que se transmite generación tras generación. A veces repudiado por su fama de peleón, lo cierto es que cada vez son más los viticultores aficionados que logran productos aceptables gracias a la inclusión de nuevos materiales, como depósitos de acero inoxidable que permiten que la bebida no se agrie tan fácilmente y esté libre de impurezas por el deterioro de la madera.
Hay quien asegura que gracias al clima de la zona se pueden conseguir caldos de aceptable calidad si se pone un mínimo de cuidado.