La nueva ordenanza introduce varias zonas de silencio nuevas, como lugares prioritarios donde están los parques, los colegios y el hospital. «Somos el primer municipio de la isla que intentamos poner orden en algo que tiene difícil orden cuando empieza la vorágine de la temporada», añadió el concejal.
Las áreas de sensibilidad acústica divide la ciudad en zonas de sensibilidad alta al ruido, como los colegios, el hospital Can Misses, los centros de salud y los parques de la ciudad; la media comprende Eixample y las zonas turísticas residenciales y la zona de sensibilidad baja, el polígono industrial, las zonas del puerto y de discotecas.
El Ayuntamiento de Eivissa ha puesto en marcha diversas medidas para evitar la contaminación acústica como los limitadores de sonidos, que no han conseguido eliminar el nivel de ruido «pero sí lo ha mejorado».
Campillo recordó que habrá sanciones para los que no cumplan la ordenanza municipal, ya que «cuando se provoca el ruido en exceso es una insolidaridad con el vecino que no duerme, sino que vemos que hay empresarios de bares de nuestro municipio que entiende la compatibilidad y hay insolidarios que suben la música, forzando al bar de al lado a que también lo suba».
Eivissa tiene determinados 'puntos calientes' en las zonas de ocio en verano. Campillo señaló que se «van bajando las quejas» pero en lugares como el puerto hay quejas. «Intentamos bajar la presión acústica de la zona. Hay poca gente que vive allí, pero intentamos proteger su derecho al descanso», dijo. El primer teniente dijo que se trata de mantener un equilibrio entre el derecho al descanso de los vecinos y el ruido que genera las zonas de ocio, como «una discoteca que estaba cerrada durante mucho tiempo y genera molestias a los vecinos».