Las declaraciones de Marí contrastan con las realizadas ayer por el presidente del Consell Insular, Pere Palau, a IB3-Radio en las que afirmaba que «hoy en día se puede construir en cualquier lugar, siempre y cuando se adopten las medidas de seguridad que hagan falta». Marí reconoce, en este sentido, que «imposible no hay nada», pero destaca que no tiene ningún sentido que «el coste de las medidas de seguridad sean, por ejemplo, el triple que la propia vivienda». «No tiene lógica», dice.
Marí asume que los arquitectos son «los principales responsables de cualquier construcción». «Algunos puntos están compartidos, pero el arquitecto es el principal responsable de los cimientos y la cementación. Éste obviamente se apoya en estudios geotécnicos, algo que es obligatorio hoy en día», asegura. Precisamente, el Ayuntamiento de Sant Josep cargó inicialmente la responsabilidad del desastre en los arquitectos de las viviendas. El presidente de los arquitectos, que destaca por encima de todo que «no haya que lamentar daños personales», asegura que un juez es quién debe determinar a los responsables, aunque afirma que no tiene ninguna duda de que «los arquitectos de las viviendas afectadas darán la cara». «Todos los arquitectos tienen sus pólizas y seguros», apunta Marí, que añade a renglón seguido: «La sociedad debe tener en cuenta que este trabajo no es tan simple como hacer cuatro rayas».
Sobre la supuesta responsabilidad del Ayuntamiento, Marí insiste en que eso debe decirlo un juez. De todos modos, recuerda que cuando la administración planifica el urbanismo de su municipio «debe tener en cuenta dónde se puede construir y dónde no». «No se trata sólo de un tema de infraestructuras. La cosa más evidente son las zonas de riesgo inundación y de desprendimiento. Los estudios que se realizan para redactar un plan urbanístico dan unas pautas suficientes para definir donde se puede urbanizar y de qué manera», afirma Marí. La izquierda insiste una y otra vez en que el Ayuntamiento debe asumir su responsabilidad por permitir construir en una zona geológicamente inestable.