Los vecinos de la parte nueva del barrio de Es Viver, comprendida entre las calles, Jacinto Aquenza, Av. de Sant Jordi y Padre Antonio Guasch, aseguran convivir con grandes cantidades de basura que se acumula con mucha frecuencia, no sólo alrededor de los 6 contenedores que tienen para más de 200 viviendas, sino también en las esquinas y desparramadas por las calles.
Esto forma parte de lo que el vicepresidente de la comunidad de vecinos 'Daisy', José Ruiz, califica de «falta de proyectos y de visión de futuro», ya que a la basura suma la construcción indiscriminada de viviendas, la falta de calles asfaltadas y la peligrosidad en la prolongación de la Avenida de Sant Jordi, por la que, según asegura, pasan vehículos a toda velocidad sin ningún badén que advierta a los conductores sobre el exceso de velocidad, cuando se trata de un cruce en el que ya se han registrado numerosos accidentes.
«La deficiente calidad del sistema de limpieza es continua, y a diferentes horas, sobre todo por la mañana, cuando ya debería haber pasado el servicio de limpieza, nos encontramos con cantidades de basura tirada por las calles o alrededor de los contenedores», aseguró Ruiz con respecto a la basura, mientras que lo de las calles sin asfaltar le parece «algo demencial de tener en esta zona de la ciudad».
Según este vecino, que puso como ejemplo el proyecto de barrio de Can Misses, la construcción que se está llevando a cabo «parece no tener control» y destacó la falta de equipamientos públicos en el barrio: «Aunque sea un parque, no vemos que se haga nada. Al lado de nuestra calle, en la calle Jacinta Aquenza, se están construyendo bastantes viviendas y no se han dignado ni siquiera a asfaltar», agrega sobre una obra que, según este vecino, lleva más de cuatro meses en marcha.
«Luego se está construyendo en la zona del polideportivo de es Viver, en un terreno que esperábamos que se mantuviera para equipamiento deportivo, y ahora se está construyendo un edificio de tres plantas», explica con indignación.
Pero lo peor, según Ruiz, es la cuestión de la prolongación de la avenida Sant Jordi que, a pesar de estar a medio asfaltar, está rodeada de viviendas y es un lugar donde cada día juegan niños y pasa mucha gente en bicicletas: «Tenemos miedo de que un día pase una desgracia. Para mí, que no se limite la velocidad es el mayor peligro porque ya ha habido muchos accidentes y bien gordos. Como es una calle ancha, los coches pasan a toda velocidad».
Ruiz asegura también que entre todos los vecinos intentarán pedir a la autoridad competente un proyecto consensuado para «encontrar un equilibrio para la construcción y un desarrollo humano para los vecinos». L.A.