La dirección del Parque Natural de ses Salines, dependiente de la Conselleria balear de Medi Ambient, ha solicitado varias veces a Salinera Española el uso de esta antigua vivienda para ubicar allí una oficina u otras dependencias, aunque la empresa siempre se lo ha negado, prefiriendo explotar el uso residencial del inmueble a través de un alquiler. El director de Salinera, José María Fernández, afirma que no se va a hacer nada nuevo sobre la vieja estructura, ni acometer ninguna ampliación respecto a la vivienda inicial. «Es una obra de restauración para mantener lo que ya existía», aseguró. Fernández indica que la empresa salinera tiene previsto rehabilitar otros inmuebles situados en el ámbito del Parque Natural.
EUGENIO RODRÍGUEZ
Salinera Española ha iniciado las obras de restauración de la vieja
casa de los burros, situada junto al restaurante de es Cap d'es
Falcó, donde antiguamente, cuando las compuertas de los estanques
se abrían manualmente, vivían trabajadores de la zona salinera.
La empresa que explota los estanques solicitó licencia de obra al Ayuntamiento de Sant Josep hace ya cuatro años con el fin de restaurar el inmueble para destinarlo de nuevo a vivienda. El director de Salinera Española, José María Fernández, explicó ayer a este periódico que la idea de la empresa es la de recuperar este uso y alquilar el inmueble.
Salinera interpuso un contencioso administrativo contra el Plan Territorial Insular (PTI), que entró en vigor el 1 de abril del año pasado, para evitar, entre otras cosas, la demolición de este inmueble, que actualmente se encontraba en estado de ruina. El PTI incluye un plan de eliminación de ruinas y estructuras inconclusas en suelo rústico especial protegido con especial atención al Parque Natural, y con un presupuesto de 72.000 euros y un plazo de ejecución de cinco años. Salinera Española recurrió el PTI al entender que este plan podía forzar la demolición de la casa de los burros, cuando la empresa llevaba cuatro años pendiente de licencia: «No nos podían decir que fuera una ruina porque teníamos pedido el permiso desde hacía años y, por tanto, no nos dejaban llevar a cabo su restauración».