Los vecinos de Sant Carles manifestaron ayer su malestar ante el proyecto de construcción de una nueva depuradora en la zona, a 400 metros de las antiguas minas de s'Argentera, declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) por el Consell Insular d'Eivissa i Formentera. Como explicaron, la parcela que el Ayuntamiento de Santa Eulària ha ofrecido a la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (antes Ibasan) está situada entre el torrente de s'Argentera y la carretera principal de Sant Carles, en una zona en la que existen 30 viviendas dentro de un perímetro de 250 metros. Los vecinos consideran que, «al tratarse de una actividad molesta e insalubre», la planta debería situarse a más de «2.000 metros de las viviendas». Además, temen que la instalación, que recibirá todas las aguas residuales procedentes de los núcleos turísticos de es Figueral, Cala Llenya, Cala Mastella, Cala Nova y es Canar, provoque con sus vertidos la contaminación de los pozos de la zona con «bacterias patógenas, tal y como ha pasado en es Figueral y Sant Miquel». En este sentido, recuerdan que en este espacio hay un importante número de pozos, entre ellos, uno de suministro público. Además, advirtieron de las repercusiones «muy negativas» que sobre las actividades turísticas en general puede tener el deterioro y la degradación generados por una instalación de este tipo en la zona.
Por su parte, el delegado de la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental, Juan Carlos Martín, confirmó ayer que la pasada semana se reunió con los vecinos de Sant Carles, que le manifestaron que están en contra de la ubicación de la planta y señalaron que el terreno, con una superficie de unos 12.825 metros cuadrados, no reúne las condiciones adecuadas.