Limpiar la piedra de chicles y pintadas, quitar el óxido y recuperar el color del bronce original son algunas de las actuaciones que se harán en los próximos meses en la estatua de Vara de Rey, cuya rehabilitación llevarán a cabo diez alumnos del Taller d'Ocupació supervisados por una restauradora. Los primeros trabajos, que comenzaron ayer, consisten en decapar la pintura que recubre las figuras de bronce para quitarles el óxido que puedan haber acumulado desde la anterior restauración, que tuvo lugar en los años 80. «En su momento, por modas o por lo que fuera, se decidió pintar las esculturas de negro. Ahora vamos a dejar el bronce original», explica Àngela Morcilo, monitora de restauración del taller. Está previsto que los trabajos duren alrededor de cinco meses, aunque dependerá del estado de corrosión en el que se encuentren las esculturas. El presupuesto es de 20.000 euros, sin contar la mano de obra, que corre a cargo del taller.
Según Àngeles Martín, directora del Taller d'Ocupació, el estado del monumento es bueno, aunque la estatua también ha sufrido el paso de los años y algunos actos vandálicos. Esto hace que ya no cuente con ciertos elementos originales, como la espada de la figura que representa a España o la palma que lleva la escultura de la Gloria.
El monumento al general Vara de Rey fue inaugurado por el rey Alfonso XIII en 1904. Héroe de guerra, este general nacido en Eivissa participó en las contiendas de Filipinas y de Cuba, donde murió en el fragor de la batalla de Caney en 1898. Fue entonces cuando el Ayuntamiento de Eivissa le nombró hijo ilustre y se comenzó a recaudar dinero entre los ciudadanos para erigir un monumento. La Reina Regente, María Cristina, pagó el dinero para adquirir los 9.000 kilos de bronce que contiene. La obra, que fue realizada por el escultor catalán Eduard B. Alentorn, costó 57.500 pesetas. Pese a nacer en Eivissa, Vara de Rey vivió tan sólo unos meses en la isla, a donde se trasladó su familia, procedente de Málaga. C. R.