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La protesta discurrió en un ambiente pacífico y sin intervención policial

Unos 30 'antidisturbios' llegaron desde Mallorca, pero su presencia pasó inadvertida

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Violencia ausente en una manifestación multitudinaria que había generado algunos temores. La protesta de anoche discurrió en paz y sólo un extraño incidente puso la nota grave: al principio de la marcha, poco después de las ocho de la tarde, alguien lanzó una botella de salfumán que salpicó a una madre y sus tres niños, de 5, 6 y 9 años. Fueron trasladados al hospital de Can Misses y a las diez de la noche fueron dados de alta. Según la Delegación del Gobierno, tienen quemaduras leves. Las autoridades desconocen quién lanzó la botella y si quien lo hizo formaba o no parte de la protesta, aunque el hecho de que la botella cayera sobre un lateral del grueso de la protesta hace pensar que más bien fue una provocación hacia los manifestantes. La policía, que a simple vista no parecía más numerosa que en manifestaciones anteriores [aunque eran visibles numerosos agentes de incógnito] , no tuvo el más mínimo trabajo. Los antidisturbios llegados de Mallorca, unos 30 según Dirección Insular, no intervinieron. De paisano o uniforme, de pie, con los brazos cruzados, algunos con la cara tapada, vieron pasar a los miles de manifestantes sin necesidad de inmutarse.

Tres huevos volaron y se estrellaron en los dos puntos calientes del trazado: uno en el edificio del Grupo de Empresas Matutes, que manchó la gorra de un policía, y dos más en la sede del Consell Insular. El Cuerpo Nacional de Policía se encargó de la seguridad, y también en menor medida la Policía Local, pero además medio centenar de antiautopistas montaron un cordón de seguridad tanto en el Grupo de Empresas Matutes como en el Consell Insular, dos lugares que motivaron las protestas más airadas.

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