En el plan figura el proyecto de las explanadas al abrigo del dique de Botafoc, donde se desarrollará la actividad comercial de tráfico de mercancías y pasajeros, incluyendo los cruceros de gran eslora. En concreto, se trata de una plataforma de 8,5 hectáreas y dos muelles de atraque de 200 metros de largo y 20 metros de ancho. En este espacio se construirá también una estación de pasajeros.
Por otro lado, con el fin de lograr el objetivo de integrar el puerto con la ciudad, este documento contempla que más de la mitad de los muelles comerciales actuales, unos 24.000 metros cuadrados, se destinen a uso náutico-deportivo y que la superficie restante de esta zona acoja el tráfico de mercancías con Formentera. Además, en la zona de la Marina se ubicará el tráfico de pasajeros con la pitiusa menor y podrán atracar los cruceros pequeños. La intención, según explicó el presidente de la Autoritat Portuària, Joan Verger, «es mantener el tráfico con Formentera lo más cerca de la ciudad». Verger considera esta solución como la mejor para evitar en un futuro los problemas que podría ocasionar trasladar todas las operaciones de mercancías y pasajeros al dique de Botafoc. La zona pesquera se mantendrá en el mismo espacio y está previsto que el Club Náutico amplíe el número de amarres. El proyecto recoge un total aproximado de 391.000 metros cuadrados de superficie terrestre destinados al servicio del puerto, estructurados en áreas de uso comercial, de uso pesquero, de uso náutico-recreativo y complementario.
Joan Verger confía en que las obras de ampliación del puerto de Eivissa se puedan licitar este mismo año para poder iniciar los trabajos en 2007.