Borja Thyssen y su novia, Blanca Cuesta, son algo más que visitantes asiduos a las Pitiüses. En los últimos tiempos es frecuente verles por Eivissa y, de hecho, han pasado todo el invierno a caballo entre la isla y Barcelona. Se encuentran tan a gusto con la vida que llevan aquí, que incluso están buscando casa para comprar.
A tenor de las fotografías, la pareja es muy aficionada a los deportes acuáticos, que dominan ya a la perfección. De hecho, es muy habitual verles disfrutar del mar pitiuso a lomos de potentes motos de agua, de las que disfrutan juntos aprovechando las agradables temperaturas de estos últimos días.
Estas largas temporadas que pasa la pareja en la isla son vistas por muchos como una forma de independizarse de la baronesa Thyssen, que también es muy aficionada a visitar Eivissa en verano con un barco de su propiedad y a la que es frecuente ver por el puerto deportivo de Marina Botafoch y sus cercanías. Borja Thyssen y Blanca Cuesta solían venir acompañados de Tita Cervera, aunque ahora, debido a sus largas temporadas en la isla, se alojan en una casa de la zona de Talamanca.
La modelo catalana, que comparte su vida desde hace varios años con el hijo de la baronesa Thyssen, ha declinado en los últimos días ofrecer su versión sobre el posible romance que vive Tita Cervera con un profesor de kárate.
Borja Thyssen y Blanca Cuesta se mueven por la isla protegidos por un discreto servicio de seguridad, lo que también indica las ganas que tienen de integrarse en la sociedad ibicenca sin llamar demasiado la atención de sus habitantes. R. D.