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Las once lenguas de Eivissa

Los alumnos del Algarb protagonizan un recital en el que leen poemas en los once idiomas que se hablan o estudian en el centro

Quítame el pan, si quieres, quítame el aire, pero no me quites tu risa». Estos versos de Neruda, pertenecientes al poema «Tu risa», pudieron escucharse ayer por la mañana junto a muchas otras poesías en la abarrotada biblioteca del instituto Algarb, en la que se desarrolló un recital muy políglota en el que participaron un gran número de alumnos y profesores. «Es el primer año que lo organizamos y os agradezco el interés que habéis tenido en participar», remarcaba al comienzo del acto la jefa del departamento de Castellano, Teresa Navarro, que dio paso a los diferentes alumnos que se encargarían de leer obras de Rosalía de Castro, Ausiàs March, Miquel Forteza o Martí i Pol. Tampoco faltó la representación de autores pitiusos con la lectura de Marià Villangómez, Antonio Colinas y Vicente Valero.

Lo más chocante del recital es que no sólo se leyó en castellano o en catalán. También hubo quién recitó en griego, latín, alemán, francés, ruso, gallego, árabe, euskera e inglés. El primero en declamar en otro idioma fue un alumno de procedencia filipina que se atrevió nada más y nada menos que con un fragmento de Shakespeare, el famoso «To be or not to be». También hubo un estudiante ruso que leyó unos versos de Alexandr Blok o un chico de ascendencia vasca que declamó un poema popular en euskera titulado «Uso zuriya erra zu». Quizás uno de los más impactantes fue un texto que leyó una alumna de procedencia árabe. «Este poema habla del conflicto entre Palestina e Israel», dijo la chica antes de comenzar la lectura, que fue traducida al lenguaje de signos, porque una de las alumnas sordomudas del instituto es árabe. «Adiós, ríos, adiós fontes», un bonito poema de Rosalía de Castro fue declamado por un alumno en gallego y hubo estudiantes de lenguas como latín, griego, alemán y francés que recitaron en estos idiomas poemas de Horacio, Safo, Jaques Carpentreau o Markus Bomhard.

Todos los versos iban acompañados de piezas musicales, algunas interpretadas en directo por profesoras -piano- o alumnas -saxo. Los versos de Vicente Valero del poema «El árbol», que fue leído por una profesora, se acompañaron además de una performance en la que dos alumnas, una vestida de árbol, realizaron una pequeña danza en consonancia con el texto, que dejó a todos los asistentes con la boca abierta.

El recital no estuvo exento de balbuceos, nervios y temblores, aunque en general todos leyeron muy bien. «¡Qué nervios, creo que no podré sujetar el micrófono!», se quejaba Rubén, un chico que leyó, y además muy bien, «Novalis», un poema de Colinas.

Pero hubo más sorpresas, porque se representaron dos romances, «El enamorado y la muerte» y «El romance del Conde Flores» a través de marionetas, que escenificaron los integrantes de las clases de teatro. Las marionetas y el pequeño teatro en el que se respresentó habían sido fabricados por los alumnos de artesanía. En el recital, que se llevó a cabo en una biblioteca llena hasta los topes, se pudo escuchar también un poema de Ausiàs March en valenciano antiguo, que resultó algo complicado de entender. En la organización del acto participaron los departamentos de lenguas, música, plástica, historia y educación física. C. Roig

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