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Hora de aprender

Las clases empiezan para 10.341 alumnos Accesos peatonales a los colegios bloqueados «Falta plantilla y las ratios están elevadas»

Padres y alumnos del colegio Sant Rafel.

C.A./C.R./G.R.
El curso escolar empezó ayer en las Pitiüses para 10.341 alumnos de infantil y primaria. Sin embargo, no todos empezaron las clases, ya que, al menos 75 alumnos, 50 del nuevo colegio de Sant Jordi, en Can Raspalls, cuyo acceso está aún sin asfaltar, y otros 25 niños de la nueva aula del colegio Cervantes, que no estaba acondicionada, se quedaron sin ir al colegio.

El colegio Sant Rafe empezó ayer las clases con las obras del túnel ya que la empresa adjudicataria de las obras se encontraba picando piedra para la excavación del túnel a las nueve de la mañana cuando estaban los alumnos a punto de entrar en el centro. «Las máquinas estaban trabajando pero les ha llegado la orden por escrito y han parado», comentó ayer la directora de Educación, Pilar Marí, que, apuntó que, con esta salvedad, «el curso ha empezado con normalidad y sin incidentes». La Conselleria d'Obres Públiques del Govern se comprometió anteayer a parar los trabajos incompatibles con la actividad docente de 9 a 14 horas. Una portavoz de Obres Públiques aseguró ayer que «la orden se dio por escrito a la empresa» por lo que atribuyen lo sucedido a «una descoordinación» asegurando que no se va a volver a producir y pidiendo disculpas. «Faltaba la notificación por escrito y una vez que ha llegado la empresa está cumpliendo», explicó.

La situación de ayer en Sant Rafel generó la indignación de muchos padres, ya que las obras del túnel coincidieron con la adaptación de los niños de infantil. «Durante esa hora han estado picando las máquinas y estaban un poco alborotados los niños», comentó la directora del centro, Elena Cardona, que pidió a la administración que certifique que el centro cumple todas las condiciones de seguridad. Algunos padres consideran necesario que se haga un estudio geológico del lugar donde está asentado el colegio que confirme la seguridad del terreno y están dispuestos a contactar con un técnico geólogo. El temor a la inseguridad puede ser una de las causas por las que faltó ayer la mitad de un curso de primero.

Respecto a la nueva aula del colegio Cervantes para 25 niños de cinco años que ayer no se puso en marcha, Pilar Marí aseguró que la decisión de no empezar «ha sido de la dirección del centro» ya que los colegios tenían la posibilidad de iniciar ayer u hoy las clases, aunque precisó que «el aula está equipada». La directora del centro, Ana Andrés, aseguró, que «han traído lo imprescindible para que comience el curso, pero no el mobiliario definitivo» y que la decisión de empezar hoy fue para que los niños empezaran las clases en las condiciones adecuadas. «No nos parecía conveniente de que empezaran en una biblioteca o sala de profesores», explicó.

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