R. L.
Los vertidos de aguas fecales que se han producido este verano en Eivissa provocaron ayer un acalorado debate en el Parlament balear entre el diputado socialista Joan Boned y el conseller de Medi Ambient, Jaume Font. Durante el rifirrafe dialéctico, el conseller volvió a pedir que el alcalde de Eivissa proporcione un solar para construir una nueva depuradora. «Si es usted amigo del alcalde de Vila, que ponga un solar que ya lo tendría arreglado», dijo textualmente Font, sin mencionar que el Ayuntamiento ya ha apostado por un terreno cercano a la actual depuradora. Font recordó además que su departamento invierte 49 millones de euros en mejoras, como la ampliación de la depuradora de Sant Antoni, que está a punto de comenzar, la renovación de la de Santa Eulària y la creación de la de Cala Tarida.
«Las infraestructuras que son de su competencia se degradan a marchas forzadas», criticó Boned, que sin embargo alabó la gestión mediática del conseller. «Quizás los millones existen, pero no se ven los resultados», recordó el socialista.
La diputada socialista Patricia Abascal también criticó ayer en el Parlament que no se hagan inspecciones sanitarias específicas a los establecimientos que practican el todo incluido, cuando el presidente Matas «prometió hace tres años que se regularía este tipo de oferta». La consellera de Sanitat, Aina Castillo, le respondió que por el momento se han hecho 36 inspecciones en todo tipo de establecimientos e insistio en que la única novedad es que ahora las consellerias de salud y de turismo se coordinan. «Turismo ha hecho más de 80 inspecciones y nosotros otras cuantas», dijo Castillo, que indicó que esto se hace así para evitar que se den distintivos de calidad a establecimientos de todo incluido que no cumplan con las medidas sanitarias.