El Hotel Pachá acoge a partir de hoy y hasta la semana que viene una exposición de Christian Escribà, un barcelonés que se dedica a la pastelería con mucha creatividad. «La palabra arte para definir lo que hago es muy peligrosa», afirma Escribà. Y añade: «Mi padre decía que somos 'tartistas'; creo que es pretencioso comparar lo que hago con arte; lo que hago es pasármelo bien e intentar que la gente se lo pase bien con mis creaciones». Según cuenta el catalán fue su padre quien inició la vertiente creativa dentro del negocio familiar, creado por el bisabuelo de Escribà en 1906: «Mi abuelo era panadero, ya llevamos cuatro generaciones de la familia y este año estamos de centenario».
La exposición en el Hotel Pachá es la primera en la larga trayectoria profesional de Escribà: «Hemos decidido venir aquí porque mi trabajo está muy vinculado con la isla, con ese tipo de fiesta de calidad que tiene Eivissa e ir de la mano de Pachá me hace mucha ilusión». En esta exposición se pueden encontrar tres originales pasteles de boda, alguna pamela, algunos murales comestibles y cuadros y un vídeo sobre uno de los platos fuertes de su trabajo creativo, los pasteles que explotan. «Hans Gissinger me hizo un reportaje sobre los anillos, que fueron los que facilitaron ser conocido a nivel mundial, y a partir de ahí trabajamos en la idea de los pasteles que explotan». Y añade: «Los hicimos comestibles en su totalidad porque antes era una caja de cartón agujereada recubierta de merengue». María José Real