La XIª Edición de la Feria de Artesanía Sa Tardor que comenzó ayer a las 11,00 horas en el Paseo de Vara del Rey acogerá hasta el próximo 24 de septiembre 24 mostradores en los que se expondrán artículos diseñados y hechos artesanalmente por los artistas. El objetivo de esta feria es promocionar y fomentar la elaboración de productos artesanales destacando, sobre todo, su calidad frente a otros productos procedentes de países del Tercer Mundo. «Esta feria se hace desde un punto de vista turístico para apostar por los productos tradicionales, no sólo el turismo de sol y playa sino disfrutar de los productos artesanos de la isla y de fuera y demostrar que aquí también se saben hacer las cosas bien», explicó el delegado de la Consellería de Turisme del Govern Balear, José Luís Clapés.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Artesanos Giovanni Rainaldi quiso destacar la importancia que supone para los artesanos la realización de estos eventos. «Además, de promocionar la artesanía ibicenca y la de otras comunidades, esta feria une a los artesanos y les ayuda a mostrar al público sus productos para que la artesanía tradicional no se pierda y la artesanía contemporánea tenga también su apoyo».
En un horario de 11,00 a 14,00 horas y de 18,00 a 23,00 horas los visitantes podrán disfrutar de los diversos productos artesanales procedentes no sólo de Eivissa sino de otras siete comunidades.
En el primer día de feria numerosos residentes y, sobre todo, turistas se acercaron por los mostradores para observar y comprar la gran variedad de productos artesanales que se ofrecían. Entre ellos, se encontraban productos de joyería, textil, cerámica, cuero, cristal, seda, bisutería, escultura, piel. Además, los asistentes pudieron degustar los embutidos y otros productos artesanales de la tierra.
Los jóvenes integrantes de la Colla de Sa Bodega fueron los encargados de amenizar con su típico ball pagès el primer día de feria con una actuación que tuvo lugar a las 20,30 horas.
Todos maestros artesanos coincidieron en que se deberían llevar a cabo más mercados de este tipo y con una duración más amplia para ayudarles a superar la difícil situación que atraviesan los productos artesanales ya que sufren una dura competencia del exterior. I. L.