Desde el yorkshire más entrañable hasta un caimán bebé que espera en una pecera bajo el árbol de Navidad. Quienes han decidido comprar una mascota para regalar en estas fiestas no pueden evitar los consejos que desde las tiendas de animales expresan sus vendedores y propietarios: «Los niños piden, pero hay que pensarlo muy bien porque no son peluches con los que se juega y después se guarda en el armario».
Así lo aseguró Nieves, de la Pajarería Jaime Pascual, que estos días no sólo vende canarios, periquitos, tortuguitas y hámsters que ya disfrutan de su nuevo hogar. A su lista de ventas, Nieves agrega también toda clase de huesitos, peluches y juegos para mascotas, que incluso encuentran un lugar en el árbol junto al resto de los regalos para la familia. «Porque hay gente que los cuidan como a niños», agregó.
En la tienda y peluquería canina Xano Xano, los perros, conejos, roedores y canarios también se vuelven la ilusión de muchos niños para estas fiestas, causando un volumen de ventas, que según los socios Salvador y Domingo, han aumentado un 20% con respecto al mes pasado.
«Lo que ocurre es que las mascotas se quieren todo el año pero la gente espera a Navidad porque es una época en la que es más fácil rascarse el bolsillo», comentó Salvador, que coincide en la venta de regalos también para las propias mascotas como son las golosinas para perros o algún juguete especial: «A los niños les hace ilusión que su perrito también tenga un regalo de Navidad o Reyes», agregó.
Todas razas de perros pequeños, como malteses, yorkshires, westies y caniches y muchas clases de canarios. Pero eso sí, nada de gatitos, porque según Salvador, «esta época nunca coincide con el celo de las gatas». El optimismo que se respira en estas tiendas encuentra la otra cara de la moneda en la tienda Ibizoo, en la que su propietario, Óscar, está decepcionado con las escasas ventas que ha tenido hasta ahora.
Su stock de serpientes de todas clases, tarántulas, chinchillas e incluso gallinas y canarios aún no ha encontrado nuevos dueños como otras fiestas en las que, según Óscar, «se vendían mucho más». L.A.