Cartas, poemas, postales, rosas, bombones, perfumes... símbolos que intentarán transmitir un mensaje perteneciente al idioma más internacional que puede existir, el amor. Un lenguaje que traspasa fronteras y se manifiesta de forma unánime en cualquier rincón del planeta endulzando lo más amargo y ácido que depara, en ocasiones, la propia vida. Porque si bien es cierto el dicho de «en compañía las alegrías se multiplican y las penas se dividen», si, además, esta compañía se mezcla con el amor, este sentimiento se engrandece hasta el extremo de enloquecer y producir en el sujeto un estado de «atontamiento permanente». Por ello, muchos ibicencos enamorados se lanzan durante estos días a la compra de los detalles con los que mantener el fuego con sus respectivas parejas. Unos regalos en los que las protagonistas indiscutibles son las rosas. «Estamos vendiendo muchas docenas de rosas, no sé si porque la gente está muy enamorada o ha puesto mucho los cuernos», bromeaba Cristina Cardona, encargada de Starflor que, además, cuenta como este año hay mucha gente que está comprando la rosa liofilizada: «Estas rosas sufren un proceso mediante el cual no pierden el agua y pueden durar hasta seis años sin estropearse», comentó. Los bombones también son muy codiciados en esta época, por lo que es muy común observar los estuches en forma de corazón y los lazos rojos que adornan los escaparates de las pastelerías y las joyerías de la isla. «Hemos vendido muchos relojes para chico, así como collares de acero de firmas conocidas que son la última moda, aunque todo depende del poder adquisitivo», comentó Carolina Bonet de la joyería Afro. Irene Luján
Cruce de corazones
El amor llama a la puerta de los pitiusos en el día de San Valentín llenándo los escaparates de rosas rojas y cajas de bombones