Hipótesis. Con un puñado de votos de más en el Consell el PP de Eivissa no estaría atravesando por el desierto en el que a día de hoy se encuentra. Habría salvado la institución in extremis, saldría fortalecida su estrategia de acción tan criticada ahora internamente, se habría hecho una pequeña autocrítica por los municipios perdidos y nada más. Pero la realidad es otra, como la de los entrenadores de fútbol, que su futuro depende de que entre la pelota en la portería (en este caso el voto en la urna). El PP perdió en el último minuto y de penalti, pero perdió y se quedó sin el título. Y ya se sabe que cuando no hay trofeos los entrenadores saltan y muchos jugadores también. Por eso la tensión vivida el miércoles en la ejecutiva regional y que se reflejaba en la posterior rueda de prensa entre Matas y Cardona hace presagiar un feo panorama en el partido, por mucho que el presidente del PP pitiuso trate de disimularlo y se empeñe en que no van a rodar cabezas. La suya, probablemente sea la primera; o la segunda, después de la del propio Matas.
Buenos o malos. Más o menos ya se conocen las causas por las que el PP considera que se han perdido las elecciones: Matutes, autovías, política de crispación, campañas mediáticas, etc. Lo que no se conoce es a quien se señala como responsable. Es curioso, por no decir hipócrita, que hace cuatro años desde el PP de Balears se ensalzara al de Eivissa por su aportación (siete diputados frente a cinco del rival) y ahora se carguen las tintas contra ellos, e incluso se les culpe por la pérdida de la mayoría en el Parlament, por un más que previsible resultado en estos comicios (seis a seis). Vamos, que aquí no hay término medio: o me das la victoria o me la quitas. Muy astuto eso de echar balones fuera. ¿Qué pasa, que en el Govern no son responsables de lo que sucede en Eivissa? En el conflicto de las autovías, por ejemplo, tienen un protagonismo absoluto en el diseño de los proyectos o en las expropiaciones. Pero los resultados mandan y con los números en la mano en Mallorca se cargan de razones para culpar a Eivissa: los 600 votos de diferencia entre la lista del Parlament y la del Consell tendrán su castigo.
Bodas de Canaan. Y mientras en el PP nadie se atreve a asomarse por la sede del partido, en el PSOE parece que han cambiado el cuchitril de la Avenida de España por el Hotel Pachá (ni las bodas de Canaan ni la de Paulina Rubio merecieron tanta celebración). Y además esto parece que puede alargarse si las negociaciones entre PSOE y UM cristalizan esta semana. De ser así tendremos gobierno progresista en el Govern, los cuatro consells y las ciudades más importantes de Balears. La fiesta sólo la puede interrumpir el agorero de turno, que lo hay, que recuerda que Balears en la historia reciente siempre va con el paso cambiado con respecto a Madrid. Es decir, la Moncloa pasará de ZP a manos de Rajoy.