Los trajes tradicionales de Eivissa siempre se han elaborado con mucha paciencia y laboriosidad. Desde hace años, la materia prima con la que se suelen hacer está desapareciendo. El Museu de Etnografa d'Eivissa desarrolla desde julio una labor de recuperación de estos trajes tradicionales con un taller en el que las personas interesadas pueden usar un telar para fabricar el tejido necesario para conseguir sa gonella negra, un vestido que está formado por una estrecha túnica sobre la que se coloca un delantal negro con vistosos bordados en diferentes colores, aunque predomina el amarillo. Hace tiempo, sa gonella negra se hacía en las mismas casas payesas. Esta tarea de confección se enmarca en el proyecto de recuperación de diferentes oficios tradicionales.
«Compramos el telar a finales de abril y empezó a funcionar durante el mes de julio», cuenta Susana Cardona, coordinadora del museo. Según cuenta, el principal objetivo es revitalizar el proceso antiguo de elaboración de trajes: «Queremos que la gente recupere el tradicional sistema de elaboración de telas para hacer una gonella». En la actualidad existe lista de espera porque hay mucha gente que se quiere apuntar. «Sobre todo vienen madres, porque son las que más tiempo libre tienen; se requiere mucha paciencia y mucho tiempo disponible», afirma la coordinadora. Por el momento se ha hecho una tela.
El sistema consiste en una fila de hilos que se van intercalando con un sistema de lanzadera: «Mediante un juego de pedales, se van levantando unos hilos y se dejan abajo otros, para que puedas pasar los hilos e ir haciendo el tejido; hacemos unos 10 centímetros por hora». En una mañana, según cuenta Susana las mujeres pueden hacer 30 centímetros. La prueba de que es un trabajo laborioso es que se necesitan cinco personas para tensar los hilos en el telar. En este sentido, las mujeres tardan una semana en preparar todo lo necesario.
El próximo tejido que trabajarán es el drap, material con el que siempre se ha hecho la vestimenta del ballador: «Hay mucha demanda, pero ya no se hace, por eso los hombres de las colles suelen vestir camisas de lino, por ejemplo». Todo lo creado es para que los grupos de baile folclórico lo usen para actuar.
María José Real