Con motivo del Día Internacional del Alzheimer el Hospital Residencia Asistida de Cas Serres, con la colaboración del Consell d'Eivissa, organizó ayer una serie de actividades para dar a conocer al gran público cuáles son las implicaciones de esta enfermedad y los recursos que ofrece este centro para paliar sus devastadores efectos.
La jornada de puertas abiertas en el centro de Cas Serres se inició a las diez y en ella, amigos y familiares de los residentes, así como ciudadanos en general podían visitar las instalaciones de este centro hospitalario.
Con la intención de no alterar en exceso la rutina diaria de los pacientes, la jornada de puertas abiertas concluyó a la una con la visita del president del Consell d'Eivissa, Xico Tarrés, y la consellera de Sanidad, Patricia Abascal. En el centro se exponían álbumes de fotos de los diferentes talleres que se realizan en este centro a lo largo del año, junto al libro de visitas y las memorias anuales que redactan las diferentes unidades del hospital y que ayudan a entender la enfermedad.
El requisito principal para acceder a este centro de día es tener una enfermedad neurológica degenerativa. Allí, Margarita Ferrer, psicóloga y coordinadora del centro de día, junto a su equipo se encarga de ralentizar este proceso degenerativo. Según Ferrer, «se trata de aprovechar al máximo la capacidad cognitiva de los pacientes» y añade, «a nivel profesional mi trabajo es muy estimulante y a nivel profesional es tremendamente emotivo».
Los ejercicios que ayudan a flexibilizar la memoria incluyen el repaso diario de las noticias y ejercicios de comprensión lectora y escritura, así como juegos que cambian diariamente y se incentivan con premios. Pero en este centro también se llevan a cabo talleres de cocina, jardinería y costura que se combinan con diferentes actividades lúdicas. El hecho de que los pacientes se mantengan dentro del contexto familiar, ayuda a frenar la evolución de la enfermedad. En este sentido, Ana García, que ingresó hace tres años ha logrado mantenerse en la fase inicial de la enfermedad gracias a la ayuda y el esfuerzo del personal de Cas Serres. Su hija, María José, comenta: «Estoy encantada con la calidad humana y el cariño que transmite el personal del centro». Ana confiesa que entre todas las actividades que realiza en Cas Serres la que más le gusta es bailar. Y no es la única, ya que todos los asistentes a esta jornada disfrutaron de lo lindo con el tango con el que una pareja de la Asociación de Argentinos de Eivissa y Formentera deleitó al público. Los pacientes están totalmente implicados con el centro y son ellos mismos los que realizan las decoraciones en las fiestas especiales de navidad, primavera o carnaval. Todas estas actividades, ayudan a frenar la pérdida progresiva de uno de nuestros mayores tesoros: los recuerdos. lLaura Tur