Las playas de Cala Salada y Cala Saladeta vivieron ayer por la mañana un simulacro de salvamento por parte de los servicios de emergencia de la Cruz Roja. La coordinadora de Cruz Roja para el Ayuntamiento de Sant Antoni, Madelina Cristóbal, fue la encargada de organizar a los equipos de salvamento que llevaron a cabo el rescate en la propia playa.
Con este simulacro se quería poner en evidencia la dificultad que supone acceder a Cala Saladeta, no sólo por parte de los bañistas sino también por los servicios de emergencia a la hora de acceder a la zona para atender a un herido. Esta playa es frecuentada por niños, adultos y mujeres embarazadas. Por lo tanto, son frecuentes los bañistas que sufren torceduras y contusiones varias. Lo que pretendían evidenciar los efectivos de la Cruz Roja con este simulacro es la dificultad de acceso y también lo precario que resulta transportar a un herido desde Cala Saladeta al lugar donde será finalmente atendido. A la escarpada orografía de la costa se le une el elevado número de coches que bloquean los accesos a la playa durante el verano. Este hecho trivial que puede resultar molesto para los bañistas puede retrasar la llegada de la ambulancia en caso de que el accidentado requiera atención médica. Con este simulacro y a modo de prevención de futuras lesiones, se quiere demostrar a las autoridades que se hace imprescindible la construcción de un acceso más fácil a la playa, tanto a pie como en vehículo privado. A todas estas dificultades que pueden retrasar un rescate se une el hecho de que en esta zona no hay cobertura para teléfonos móviles y todos los avisos se tienen que dar a través de un teléfono fijo colocado en la caseta de los socorristas.
En la playa de Cala Salada trabaja un socorrista permanentemente desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre y una lancha, en la que viaja el patrón y un salvavidas con todo el equipamiento para inmovilizar al herido. Estos son los dos servicios que activa la Cruz Roja en caso de accidente, pero en el simulacro de ayer, el aviso se activó a través del 112. En este caso, también se incorporan a las labores de rescate los equipos de Protección civil y la Policía local.
Para ilustrar todo el despliegue de medios que se movilizan en caso de emergencia, uno de los voluntarios de Cruz Roja que trabajan en la playa ejerció de víctima de una caída por unas rocas. El politraumatismo sufrido en la caída le mantenía consciente pero inmóvil y mientras esperaba la llegada de la lancha, un socorrista se encargaba de mantener sus constantes vitales estables. El transporte de una víctima no puede hacerse si no hay mínimo tres personas y en esta ocasión se requirió la ayuda de varios agentes de la Policía Local. La ambulancia tardó ocho minutos en trasladarse hasta Cala Salada y evacuar al herido. L. Tur