Los trabajos salieron a concurso por seis millones, pero según Santiago se han gastado ya 8'9 y la previsión es que se alcancen los once. El problema es que cuando salió a concurso «no se incluyeron» una serie de equipamientos básicos. «Esta falta de previsión complica mucho la gestión, por los modificados son complicados y en este momento la empresa no acepta nuestra propuesta», explicó la consellera, que aseguró que el Govern y el Consell están dispuestos a seguir negociando, aunque no saben si la constructora quiere hacer lo mismo. La residencia de Sant Antoni contempla 94 plazas para personas mayores y 20 de centro de día.
En cuanto a la de Can Blai, la novedad es que desde el 20 de noviembre está en funcionamiento el centro de día. En esta residencia viven actualmente 45 personas y está previsto que antes de Navidades entren ocho más. El total de plazas es de 94, con 20 para el centro de día.
En cuanto a la de Sant Jordi, que incluye un centro de día y una residencia para personas con discapacidad y problemas de salud mental, la consellera anunció que estará finalizada entre abril y mayo. «La obra se inició el 24 de julio de 2006 y a partir de julio de 2007 podemos decir que se pararon los trabajos por decisión de la propia constructora sin consultar ni al Consell ni al Govern», explicó Santiago, que recordó que en la licitación de esta obra faltaba la cocina, la lavandería y la iluminación interior y exterior. En este caso las negociaciones con la empresa sí que han llegado a buen fin y los técnicos han aprobado las peticiones de la constructora.
La consellera aseguró que contribuirán a hacer frente al endeudamiento que provocan actualmente estas infraestructuras y apostó también porque la gestión esté en manos de los Consells (Can Blai será responsabilidad de la máxima institución de Eivissa a partir del 1 de enero).
Cuando las tres residencias estén acabadas habrá un total de 210 plazas para mayores dependientes y 90 para discapacitados y personas con problemas de salud mental. «Nos comenzamos a aproximar a una ratio razonable», añadió la consellera, que consideró que hay que apostar por los centros de día y la ayuda a domicilio.
Santiago contestó de esta forma a una interpelación planteada por la diputada de ExC Marián Suárez que generó una gran contestación del PP, que consideró que un grupo que da apoyo al Govern no puede interpelar a una consellera. Suárez no quiso retirar su intervención y esto provocó la salida de la sala de todos los diputados del PP a modo de protesta. Su portavoz, Joan Flaquer, consideró que este hecho es una «perversión» de la democracia porque se les está «hurtando» su papel de oposición en el Parlament.
Suárez recordó que cualquier grupo puede presentar interpelaciones según el reglamento. «Señores del PP, la función de control de este Govern es de todos», añadió la diputada ibicenca, que solicitó que la gestión de las residencias estuviera en manos del Consell y fuera totalmente pública para evitar problemas como el de Can Blai. PSOE y UM también criticaron la «mala gestión» del PP a la hora de licitar estas infraestructuras.