Soy camarera en Can Cosmi y muchas veces encuentro flores en los ceniceros; es necesario que la gente tome conciencia de que si cogen las flores el árbol se muere; las flores son para ver, no para arrancar», cuenta Elisa, también miembro de la Asociación de Padres del colegio de Santa Agnès que ayer organizó la primera jornada de convicencia en esta localidad. Y añadió: «Hay que respetar el paisaje sin alterarlo». A primera hora de la mañana de ayer muchas madres y muchos padres de Santa Agnès ultimaban los detalles de los juegos infantiles tradicionales que tendrían lugar hasta la hora de comer. «Queremos que se desenganchen un poco de las videonconsolas y que retomen juegos tradicionales como la comba o las canicas», afirmó Mari García, integrante de la asociación de padres.
Para la mañana festiva también se había previsto la celebración de un mercadillo de segunda mano, la rifa de una gran cesta en la que cada vecino que así lo quiso aportó algo y premios para los más pequeños que participaron en los juegos. «En la cesta se pueden encontrar desde una calabaza grande hasta una sobrasada», afirmó Mari, quien señaló: «Estamos muy cansadas porque organizar todo esto cuesta mucho trabajo y tiempo, pero compensa». Otra de las mamás, María Ferrer, explicó la elaboración de las hierbas que ellas mismas habían hecho: «Para que estén buenas tiene que pasar un año; cada una ha puesto las hierbas que ha querido, como hinojo, romero, dama blanca u hojas de limonero, por ejemplo». La tarde continuó con más juegos infantiles. l María José Real