Pasear por los diferentes puestos del mercadillo ubicado ayer en el bar El Cruce de Sant Rafel suponía una inmersión en el mundo de los artículos de segunda mano. Objetos tan dispares como tostadores o sandwicheras se mezclaban con los puestos de ropa y libros. Eso sí, todo en muy buen estado para ser adquirido a precios muy baratos para ayudar a la Asociación de Ibiza y Formentera contra el cáncer, quien organizó todo este mercadillo, que se sumó a unas subastas de objetos varios, un concurso de sombreros y una tómbola con la que por una participación de dos euros se obtenía premio seguro. Los pasteles y las mermeladas caseras fueron uno de los puestos más buscados por los visitantes, sobre todo ingleses y alemanes, aunque también había ibicencos. «Los extranjeros están muy habituados a este tipo de iniciativas solidarias y suelen hacer muchas donaciones. Nosotros, los ibicencos, poco a poco nos vamos abriendo a este tipo de ideas», afirmó José Colomar, presidente de la asociación.
Los asistentes también tuvieron la oportunidad de bailar country y cha cha chá, entre otras danzas.
María José Real