aime Botella nació en Valencia hace 72 años aunque vive en Eivissa desde hace casi cuarenta. Está jubilado pero divide su tiempo entre la empresa inmobiliaria que tiene y sus inventos. Cuando se le pegunta cuánto tiempo lleva de inventor, él afirma que toda la vida, «cuando era pequeño no tenía juguetes y me los fabricaba yo mismo». Su último invento es un atril automático o sujetafoil como él lo llama. Se trata de un sistema sencillo que permite tener hasta 20 folios en posición vertical y que se sitúa a la altura de los ojos. También ha diseñado la versión auxiliar del sujetafoil con el mismo dispositivo mecánico pero en su versión reducida. Ésta se coloca en la pantalla del ordenador. La ventajas de ambos utensilios es que evitan que la persona que trabaja en la oficina tenga que forzar las cervicales, una de las dolencias que son más comunes en esa clase de trabajos.
El pasado mes de abril se celebró en Ginebra el Salón Internacional de Inventos en el que Jaime Botella participó con su sujetafoil. En este congreso en el que participan más de 500 inventores de todo el mundo, este inventor ibicenco ganó la medalla de plata en la categoría de inventos de oficina. Además, entró en contacto con posibles socios que fabricarían esta patente y le permitirían comercializar lo que según él «hace la vida más fácil a la gente», que no es otro que su objetivo.
No es la primera vez que Jaime participa en un congreso internacional de inventos. En octubre de 2007 participó en el que se celebró en Taiwan donde también consiguió la medalla de plata en su categoría. En diciembre del año pasado obtuvo el premio especial del jurado en el congreso de inventores celebrado en San Sebastián. Este trabajo de inventor le sale caro, ya que los gastos de los billetes de avión, el alojamiento y la fabricación de sus inventos se los costea él.
Jaime Botella posee más de treinta inventos patentados, «muchos de ellos se podrían comercializar. El problema es que me llamo Botella y no Shakamoto, y claro, para un ibicenco es más difícil», asegura el inventor.
Además, le dedica muchas horas en su taller a seguir inventando cosas. ¿Cómo se le ocurre a alguien inventar un objeto? Para él es sencillo. «Veo una situación o un problema y pienso cuál sería la solución. Los objetos más sencillos a veces son los más útiles, por ejemplo, el clip es sencillo pero es un gran invento».
Por otro lado, ha creado el apaga incendios forestales, el cual asegura, «puede apagar las llamas de una forma muy rápida y eficaz». Jaime espera poder comercializarlo ya que facilitaría el trabajo a los bomberos. Actualmente está trabajando en otra creación, aunque como buen inventor no reveló el secreto. N. S.
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