Las Pitiüses, especialmente Eivissa, tienen un gran potencial de crecimiento en su actividad económica pero la explotación de esta capacidad latente no podrá realizarse si antes no se consigue atajar el principal elemento que condiciona su evolución: la temporalidad.
Así lo pusieron de relieve ayer la consellera de Trabajo del Govern, Margarita Nájera, y el director general de Planificación Estratégica, Javier Bustamante, durante la presentación del Informe sobre el Mercado de Trabajo en 2007.
Dicho estudio refleja que la tasa de estacionalidad (la diferencia entre el número de trabajadores en el mes de diciembre y el de julio) se situó en el 57,6 por ciento más en Eivissa y el 131,1 en Formentera. Esta última es la ratio más elevada de todo Balears (24,4%) y supone multiplicar por 220 la media nacional (0,6%).
La «foto fija» del empleo, como la definió la consellera, que representa el informe revela que las Pitiüses acabaron 2007 con las tasas de paro más altas (9,6 para Eivissa y una décima más para Formentera) de Balears y dos puntos por encima de la media autonómica, a pesar de lo cual su Producto Interior Bruto creció un 2,7 por ciento (sólo tres décimas menos que la ratio balear).
La contratación registró un comportamiento contrario en las dos islas. Mientras en la del norte creció un 4,2%, en Formentera cayó un 5,8%, el porcentaje más alto de Balears, aunque Bustamante destacó que «son menos contratos pero hay un mayor porcentaje de indefinidos».
Por último, el Informe del Mercado de Trabajo de 2007 expone cómo Eivissa cuenta con la mejor tasa de reemplazo de la población activa (66,3%), mientras que Formentera posee el peor (84,8%), aunque ambos garantizan el relevo generacional.
Esto significa que por cada 66 trabajadores de más de 60 años que se jubilarán en breve en la mayor de las islas, hay 100 de menos de 20 años que se incorporan o incorporarán en breve al mercado laboral. En el caso de la Pitiüsa del sur, la relación es de 85 por cada 100.
La consellera puso a la Eivissa como ejemplo paradigmático de la situación que se da en las islas. «El caso de Eivissa es muy sintomático puesto que la estacionalidad es un factor muy fuerte, que domina mucho la situación económica y que resulta muy negativo», añadió.
«Las previsiones (del sector turístico) para esta temporada son que existen unos buenos niveles de contratación, de que va bien. Pero el análisis de la situación laboral refleja cómo, por ejemplo en el caso de Eivissa, que se está planteando una actividad, desde el punto de vista de la estructura productiva, muy centrada en el verano y con una tendencia a reducir el plazo de apertura de los hoteles», aseguró Nájera, quien explicó que se está trabajando en diferentes mesas de trabajo del Pacto por el Empleo y la Competitividad.
«Estamos desarrollando proyectos como el turismo social para que incrementar la apertura de hoteles durante todo el año. Eso nos permitiría crecer y no seguir ocupando territorio, como ocurría con el aumento de la construcción, lo que fijaría un crecimiento sano, que generaría más empleo y más actividad económica».
Respecto a la influencia de la construcción en el desempleo, Nájera resaltó que el sector supone entre un 12 y un 15 por ciento de la actividad económica en Balears, mientras que el sector servicios ronda el 85 por ciento. «Por este motivo, los efectos de la construcción serán menores que en otras Autonomías», aseguró.
«Si el turismo funciona bien no habrá crisis ni destrucción de empleo, sino que se mantendrá esa ralentización», afirmó Bustamante, quien definió como «errático» el comportamiento del sector de la construcción.
Por otro lado, el informe presentado ayer refleja que la siniestralidad laboral cayó en Eivissa (pasó de 98,9 accidentes por cada 1.000 trabajadores a 90,7) y, especialmente, en Formentera (47 accidentes por 69,6), sin que se registrara ningún fallecido.