os más pequeños no estaban tan nerviosos como los más mayorcitos. Eso sí, todos ansiosos por salir al escenario y demostrar a sus papás y mamás los bailes que habían aprendido al son de la música más circense. Los 61 alumnos de entre cero y tres años de la escoleta de Cas Serres celebraron ayer una gran fiesta de final de curso para dar por concluida la actividad educativa, aunque permanecerá abierta durante el verano para ofrecer a sus alumnos diferentes actividades lúdicas y, sobre todo, refrescantes.
Los bebés disfrazados de leoncitos fueron los primeros en actuar bajo la coordinación de sus profesoras Cristina y Fefi. Poco después, los alumnos de dos años demostraron que son los mejores payasos y magos del original circo infantil que se desarrolló durante la tarde de ayer en las instalaciones de la escoleta. Los más mayorcitos, de tres años, se encargaron de ejercer de trapecistas. Eso sí, con sumo cuidado. Mientras los niños bailaban y se divertían, sus progenitores aprovechaban para inmortalizar las actuaciones con cámaras de video y fotos. Y después de tanto baile y ajetreo llegó el momento de reponer fuerzas con una deliciosa merienda para todos.
Según destacó la directora de la escoleta, Àngels Noguera, todos los trimestres se recoge material gráfico de las actividades de los alumnos con tal de elaborar un álbum de final de curso, que los padres podrán recoger la semana que viene.
Durante los meses de verano, los alumnos de la escoleta podrán participar en diferentes talleres, como de pintura o barro.
María José Real
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