El casco histórico sumará cinco edificios adaptados para personas con alguna discapacidad, entre los cuáles el Ayuntamiento de Eivissa es el menos accesible por lo que demandará ciertas reformas. Para este grupo de centros de interés adaptados, seleccionado por el Pla d'Excel·lencia, los museos Medina Yebissa y Puget y la Catedral son en la actualidad totalmente practicables, mientras que el Museo d'Art Contemporani (MAC) lo será una vez terminen las reformas. El problema está en que la orografía propia de Dalt Vila complica el acceso a los puntos de interés, por lo que arquitectos y urbanistas municipales se encuentran estudiando soluciones para que las personas con movilidad reducida puedan acceder al casco histórico. Este proyecto se sellará con una ordenanza de accesibilidad universal que una comisión del Consistorio se encuentra elaborando junto al resto del grupo Ciudades Patrimonio y que será aprobada en breve.
Según la responsable del Pla de Excel·lencia, Elisenda Belda, en el caso histórico «habrá cosas que por la orografía del territorio ya no se podrán cambiar», aunque «en un enclave como Dalt Vila, que va subiendo por estratos, hay ciertos paseos que sí se podrían ofrecer y por ello se están estudiando». «Lo bueno es que si hay esta ordenanza municipal que afecta a todas las áreas podremos hacer una ciudad más habitable, que al final no sólo va a favorecer a las personas con discapacidad sino que a nosotros también. Porque si hay una rampa y vas con un cochecito, mejor que un escalón, y si hay un ascensor será mejora para una persona mayor, aunque no vaya en silla de ruedas. Lo que intentamos transmitir es que, al final, lo que estamos haciendo no es sólo para ciertas personas, sino que será más cómodo para todos», aseguró Belda.
La ordenanza de accesibilidad universal será la misma para todas las ciudades del grupo, aunque contará con anexos específicos para cada casco histórico que se adaptarán a sus diferencias. Está basada en un estudio encargado a una empresa colaboradora con la Once, Vía Libre, en la cual no sólo se recomiendan facilidades para personas con movilidad reducida sino también para personas con otro tipo de minusvalía como pueden ser los no videntes.
«Ellos conocen más las necesidades pero nosotros conocemos mejor el territorio. Por ejemplo, en el centro de interpretación de la Casa de la Cúria ya hemos recibido bastantes grupos de invidentes, porque cuenta con un trozo de muralla, elementos sonoros y con folletos en braile, que es algo en lo que hemos sido pioneros y muchas otras ciudades están copiando», apuntó Belda y en este sentido remarcó que la nueva normativa no sólo afectará a discapacidades físicas sino también sensoriales mediante edificios rotulados y elementos sonoros. «La ordenanza va un poco más allá de lo que pensamos cuando decimos discapacidad», concluyó.