Como cada mañana desde hace seis días, Rosa María Riera, Pilar Esteve, Pilar Gabernet y Maria Antonia Cucurull bajan al salón del hotel Pinet Playa de Sant Antoni para participar en las actividades que el equipo de animadores prepara para el turismo senior que se aloja en este establecimiento. Ayer, sin embargo, optaron por cargar sus bolillos y hablar sobre cómo estaban yendo sus vacaciones en Eivissa. «Estuve en 1963 en Sant Antoni. Con este viaje me he dado cuenta de que está todo muy cambiado, pero es normal. Han pasado muchos años», explicaba Rosa María, mientras Pilar Gabernet se apresuraba por resaltar que a pesar de la inestabilidad meteorológica de los últimos días se ha bañado en el mar: «Estaba fría, pero no tanto como para no darse un bañito». A su derecha, Antonia puntualizaba: «Ha sido la única porque el resto no nos hemos atrevido. Hemos venido ocho amigos, cuatro mujeres con sus respectivos. O dicho de otra manera cuatro esposas consortes con sus cuatro maridos con suerte», decía mientras su marido, sentado a su lado, y sus amigas reían. Unos metros más allá, la animadora Roberta enseñaba los pasos de la coreografía de la canción Sopa de caracol: «Venga, que esta noche [por ayer] tenéis que hacerlo muy bien en el baile». El Pinet Playa es uno de los establecimientos hoteleros de Sant Antoni que durante los meses de invierno abre sus puertas para recibir a los turistas del Imserso: «Este año estamos recibiendo más o menos el mismo número de turistas de la tercera edad que el año pasado. En febrero hemos recibido 490 personas», explica Gabino Canales, director de este hotel, quien asegura que hay que cuidar mucho más a este tipo de turismo: «Estoy convencido de que es la única manera de desestacionalizar un poco la temporada en Eivissa. El turismo joven cada vez acorta más su estancia y se va reduciendo a los meses de julio y agosto. El turista senior viene a la isla y quiere ver tiendas abiertas, poder pasear, tomar un café por la tarde y escuchar música en directo». Así, uno de los principales problemas que encuentran los mayores que nos visitan en invierno es la escasa oferta complementaria que existe cerca de los hoteles donde se alojan. «Yo ya había estado en Eivissa en invierno, concretamente en Es Canar. La verdad es que se echa de menos más tiendas abiertas, cafeterías y que haya un poco más de ambiente y vidilla por la calle. Pero entendemos que se trata de Eivissa en invierno y que la 'movida' está en verano», explicó María Cruz Manzano, que visita la isla con su prima Mercedes Benedino, ambas de Madrid.
Los mayores quieren más 'marcha'
Los turistas del Imserso reclaman más oferta complementaria