Para mantener una embarcación en buen estado es necesario sacarla del agua una vez al año como mínimo para limpiar la superficie y los bajos», explica Jordi García, uno de los trabajadores de la empresa Varadero Ibiza, que se dedica al mantenimiento de todo tipo de embarcaciones, ya sean profesionales o de recreo. «La revisión anual es muy importante porque cuanto más sucio esté el barco, más roza con el agua, resultará ser menos aerodinámico y aumentará el consumo de gasoil», puntualiza.
En las instalaciones de Varadero se encuentran diferentes empresas especializadas en pintura o electrónica, por ejemplo. Desde el pasado mes de enero y hasta que llegue junio, centenares de barcos pasarán por la grúa de esta empresa para renovar su imagen: «No suelen llegar en muy mal estado. Está claro que un yate de alguien que tiene mucho dinero puede presentar mejor aspecto que un barco que hace excursiones todos los días durante los tres meses de verano. Esto no quiere decir que las embarcaciones profesionales estén más descuidadas porque al estar dedicadas al transporte de pasajeros tienen un número de revisiones mayor; simplemente que tienen un ritmo mayor de navegación y eso se nota al final del verano», afirma García.
El proceso de limpieza empieza en la grúa, donde se levanta el barco para apuntalarlo en las zonas más seguras del suelo para así poder trabajar con tranquilidad en la parte que está en contacto continuo con el agua. Más tarde limpian la suciedad superficial con agua a presión y si no consiguen eliminarla optan por chorros de arena a presión para desincrustar la suciedad más díficil. Poco después, los profesionales valoran si es necesario aplicar una o varias capas de pintura. «Las zonas quizá más complicadas de limpiar son los ejes y las hélices, por lo que si no hemos conseguido buenos resultados con los chorros de agua o arena optamos por el salfumán para reblandecer la zona», cuenta García.
En todo este proceso de mantenimiento y revisión influyen mucho las condiciones meterológicas. «Estos últimos días está haciendo muy buen tiempo, por lo que el ritmo de trabajo es mayor; tenemos que aprovechar los días de sol para, por ejemplo, pintar las embarcaciones porque el periodo de secado es menor».
María José Real