La bendición de palmas por parte del obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, en la Catedral, congregó a multitud de fieles que celebraron, junto a otros miles a lo largo de las Islas, la festividad del Domingo de Ramos, con la que comienza la Semana Santa. A las diez de la mañana tuvo lugar en la iglesia del Convent (Santo Domingo) el acto religioso en el que fueron protagonistas las cofradías del Cristo Yacente y Nuestra Señora de los Dolores, que salieron del templo acompañados en la procesión por la Agrupación Musical del Santo Cristo Yacente en dirección a la Catedral, donde el obispo presidiría el oficio. A esa misma hora tenía lugar en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario otra misa de Ramos con la cofradía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.
También en Vila, Sant Elm acogía la misa de ramos de Nuestra Señora de la Piedad y Santa Cruz la de la cofradía del Cristo de la Agonía. La cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio, desde el Covent, encabezaba la procesión que portaba la nueva imagen del hijo de Dios hasta la Catedral. Por la tarde, en Santa Cruz, una santa misa enmarcaba la presentación, bendición y coronación de la nueva imagen de María Santísima de la Esperanza, tras la que tenía lugar una salida procesional del Santo Cristo de la Agonía.
Por supuesto, los actos religiosos se extendieron a todas y cada una de las parroquias de Eivissa y Formentera, dando lugar a las celebraciones propias de la Semana Santa. Afortunadamente, las condiciones meteorológicas fueron perfectas para una jornada festiva en la que los fieles volvieron a encontrarse con la tradición de la semana de la pasión, cuyo programa incluye procesiones todos los días hasta el Domingo de Resurección.